Femdonia.Azotaina con público - Relatos Eróticos

Femdonia.Azotaina con público

... verdad es que es de la misma estatura que mi Señora, el pelo bastante parecido y hasta la ropa era similar, todo ello unido a la poca luz del local, hacían muy comprensible el error, comprensible para todo el mundo menos para una persona, la más importante.

-Plasssssssssssssss me pegó un guantazo que me cruzó la cara en cuanto Julia se separó de mí, me quedé como un pasmarote, y pudo ver de reojo como Marta se tapó la boca con la mano en señal de sorpresa, susto, y por lo que pude ver en su cara, también un poco de pena, la verdad es que me sentí muy humillado de que mi vecina de la infancia y medio amor platónico me viera siendo abofeteado de aquella manera, una cosa era saber que tenía Ama, y otra distinta verlo con sus propios ojos.

No pasaron ni tres segundos cuando otro segundo bofetón me volvió a cruzar la cara "Plassssssssssssssss" entonces si reaccioné, y me dispuse a colocarle la chaqueta como a Ella le gustaba, no menos de 15 personas que estaban entrando o saliendo del pub, habían visto aquel segundo guantazo, y la posterior amenaza.

-Ya hablaremos tú y yo.

Y fuimos saliendo todos a la calle, hacía un frío tremendo, acrecentado con una enorme ventisca, como vi que mi Señora se quería poner bien su chaquetón le ayudé a ponérselo, antes de colocarme el mío, quería disculparme como fuera, pero no veía manera de cómo, ni de cuándo, y entonces fue, cuando para mi sorpresa hizo una proposición que no me esperaba.

-Venga vamos a mi casa, y allí nos tomamos ...

... algo, hace mucho frío para estar dando vueltas por la calle.

Y digo que no me esperaba, porque mi Ama no es mucho de invitar a amigos a su casa, han de ser muy muy amigos para hacerlo, y en este caso sólo eran compañeras, por eso me sorprendió.

Vivíamos bastante cerca, pero el camino se me hizo incómodo y largo, primero porque no sabía si Pepi me quería junto a ella o no, fue un alivio ver como agarró del brazo a Julia y empezó a hablar con ella, así que me quedé discretamente detrás, y justo detrás de mí, María, que se había perdido los dos guantazos, escuchaba las explicaciones de su prima que le decía algo así como:

-No lo sé, pero me ha parecido muy injusto, me ha dado una pena, no le ha dado un guantazo, le ha dado dos, pero bien dados, no creas que ha sido de broma, ay pobre, joder, yo lo veo tan bueno, que me parece muy injusto, de verdad te lo digo.

Yo no estaba nada cómodo oyendo aquello, no porque estuviera hablando de mi humillación, sino porque no me gustaba que hablaran mal de mi Ama, pero tampoco era el momento ni la ocasión de decir nada, así que me callé, y afortunadamente llegamos a casa, para ser más concreto a casa de mi Ama, porque aunque yo ya vivía allí un tiempo, la casa era de Ella.

Cuando llegamos, alguien comentó que le gustaba mucho la casa, entonces las 4 mujeres empezaron una peregrinación por toda la casa donde Pepi hacía de guía y recibía los parabienes de todas, cuando llegaron al salón y tras sentarse en su lugar de siempre del ...