Femdonia.Azotaina con público - Relatos Eróticos

Femdonia.Azotaina con público

... alcohol, dice que es malo para el sexo, y como mucho me deja tomarme alguna copa, pero siempre con su permiso, cuando ella quiere, y bajo su supervisión.

Nos había quedado bastante dinero del fondo que habíamos para tomar algo después, le pedí a todas lo que querían tomar, por supuesto la primera a mi Ama, así que cuando vi que se pidió un gin-tonic, le pedí permiso para pedirme otro.

-Me apetece a mí también uno, ¿puedo mi Señora?

Se lo dije al oído, que unido a la música tan alta hizo que no nos oyera nadie.

Entonces vi como con la cabeza me dijo que no, sonreía, pero me dijo que no.

-Anda por fa, sólo uno, y le digo a la camarera que me lo eche cortito.

-He dicho que no, ya sabes lo que pienso del alcohol.

A mí aquel castigo me pareció absurdo, así que me enfadé, pero claro, no podía hacer ni decir nada, así que, como protesta no tomé nada, absolutamente nada.

Las otras me fueron diciendo que tomara algo, que por qué no quería nada, yo les decía que no me apetecía, y mientras miraba a mi Señora, que no paraba de mirarme, como vigilándome, además que me di cuenta que no le gustó nada mi protesta de no tomar nada, le cambió el rictus de la cara.

Cuando todas acabaron de decirme que por favor tomara algo y las acompañara, mi Dueña me llamó con el dedo a su vera, y me dijo al oído para que pudiera oírla, pese al volumen de la música.

-Tomate algo, lo que quieras, que no lleve alcohol, pero te pides algo.

-De verdad mi Ama, que no me apetece ...

... nada, no piense que estoy enfadado- le mentí-.

-Te he dicho que te tomes algo, ya.

Entonces me fui a la barra y me pedí un botellín de agua, es decir lo menos posible, era como otra forma de protesta, pero sin embargo todas vieron, que cuando mi Ama quiso, yo me tomé algo, ella mandaba y yo obedecía, y además sin rechistar.

El ambiente estaba tenso, y por suerte para mí, empezaron a poner música animada, y las mujeres empezaron a bailar, y a pasarlo en grande, sobre todo las primas y mi Señora, aquello le quitó el rictus de enfado que tenía en su cara, y todos nos fuimos relajando un poco, hasta el punto de acabar bailando y cantando, y ya se sabe que como dice “Él último de la fila" el que canta su mal espanta.

Pero esa música que tanto nos gustaba, cambió, y aquello se fue haciendo poco a poco insoportable, así que decidimos irnos, teníamos las chaquetas controladas casi a la salida del pub en una especie de entrada donde había menos ruido, pero igual de poca luz, yo cogí la chaqueta de mi Ama, y se la puse sobre los hombros como sé que le gusta, pero en aquella ocasión hizo un movimiento brusco como queriendo zafarse de mí, y fue justo en ese momento cuando vi a mi Señora justo enfrente mío.

¿Pero entonces a quién demonios le estaba yo poniendo su chaqueta? Era Julia, la pobre se asustó un poco al notar como alguien le ponía una chaqueta que no era suya sobre sus hombros, aunque se tranquilizó al verme, se dio cuenta rápidamente que había sido un error, la ...