Las obsesiones inconfesables de mi hijo (3) - Relatos Eróticos

Las obsesiones inconfesables de mi hijo (3)

... parar y relajarte pensando en otra cosa….intenta aguantar, sujétate la base del pene con fuerza y así puedes evitar correrte.- le supliqué a Luís, sintiendo como mi coño estaba completamente empapado……pero debía ayudar a mi hijo sí o sí.

Realizó el mismo proceso dos veces pero en la tercera, la respiración se le alteró en exceso, me acerqué a él intentando calmarlo mientras le atusaba el pelo comprobando como su polla se había convertido en un vástago violáceo, mi mano quería ayudarle en su masturbación pero me contuve, pues no era lo acordado.

- ¿Me puedes enseñar un pezón?- la mirada de mi hijo se volvió hacia mí expectante.

- Está bien, pero solo lo puedes mirar ¿de acuerdo?- complací a Luís.

Saqué por un lado mi pecho como quien se prepara para dar de mamar a su hijo.

- Los tienes erectos……..¿También estás excitada?- me preguntó con inocencia.

- Cariño no soy de piedra, eres mi hijo ……..

No me dio tiempo a decir más los ojos de Luis se entrecerraron a la vez que un gemido salía de su boca y un chorro de semen saltó hacia arriba con fuerza, el cuerpo se le convulsionó mientras la fuente iba perdiendo fuerza.

- Bueno eran cuatro procesos en la sesión, pero para ser la primera vez lo has aguantado bastante bien………los próximos días debes intentarlo hacer tú solo ¿de acuerdo?- le dije como la madre que aconseja al hijo estudiar la lección.

- Gracias mami- me respondió con satisfacción.

Ni que decir tiene que mi cuerpo era un horno a punto de ...

... explotar, durante la cena mi hijo no dejaba de mirarme y sonreírme, en el fondo me sentía satisfecha de en esa primera sesión haber conseguido unos resultados satisfactorios para mi hijo. ¿Pero sería capaz de realizar las siguientes sesiones sin mi presencia?, menos mal Mario, mi marido, estaba de viaje pensé para mí.

Al acostarme mi cabeza solo tenía imágenes de lo acontecido, me quedé dormida pero en mis sueños aparecía la verga de mi hijo rozando mi cuerpo, en mi boca, perforando mi coño, echando leche sobre mis labios, mis pezones……desperté empapada en sudor pasé mis dedos por mi coño que estaba completamente encharcado, desabroché los botones del camisón y mis manos masajearon mis pezones que estaban como piedras , miraba al techo, suplicaba que esto no podía ser, mi dedo corazón corrió mi braga, y empezó a hurgar dentro de mí con un movimiento frenético mientras con la otra mano amasaba mis pechos, me mordía los labios , no quería soltar un grito ni gemir, pero no pude evitar arquear mis caderas dejando mi dedo quieto dentro de mi coño como si fuera una polla explorándome y un fuego intenso me invadió abandonándome a sensaciones que no había vivido como …….consecuencia de pensamientos impuros sobre mi hijo, a veces pienso que maldita la fimosis que padeció, debí haberle obligado a ir al médico pero ya estaba hecho y no había remedio.

Al día siguiente recibí una llamada de mi suegra, avisándome que venía un par de días a ver a su nieto………”no tenía otro momento” pensé ...