Konosuba: Dios bendiga las perversiones - 4 - Relatos Eróticos

Konosuba: Dios bendiga las perversiones - 4

... mi hechizo —dijo Kazuma emocionado por el reto—. Veamos sí puedes seguir resistiendo luego de algo de condicionamiento de mi parte. Pero qué flojera hacerlo yo.

Miró a la paladina y dijo:

—Darkness, juega todo lo que quieras con la princesa.

La sonrisa en los labios de Darkness se curvó más hacia arriba, sus mejillas se pusieron rojas y empezando a respirar de forma agitada, dijo:

—Sí.

La paladina se puso de pie y se acercó a Iris quien todavía continuaba tratando de luchar contra el hechizo. Al pararse frente a ella, Darkness la tomó por los hombros para ponerla de pie y luego bajó los brazos de esta para ponerlos al lado de su cuerpo.

—N-no… no por favor… —rogó Iris, una vez que Darkness continuó con la tarea que ella había dejado inconclusa de irla desvistiendo, pero por desgracia para ella, Darkness estaba más sometida que ella al hechizo.

Darkness continuó con la tarea: le quitó la blusa, luego la falda, le siguió el corpiño y al final las bragas, quedando desnuda enfrente de Kazuma, quien se deleitaba con la vista. Tal vez Iris no era tan voluptuosa como otras de sus amigas, pero aún así tenía un cuerpo lindo. De piel rosada, de unas tetas más grandes de lo que se podía intuir con la ropa puesta, un vientre plano y un pubis apenas cubierto por algo de pelo rubio.

Darkness dio el siguiente paso en el juego que tenía en mente. Se colocó detrás de Iris y con la lengua empezó a lamerle una de sus orejas, mientras que una mano jugaba con su teta y le ...

... pellizcaba los pezones y su otra mano iba a su pubis para primer frotar su labia, y después dejar que dos de sus dedos se introdujeran en su concha para iniciar con la masturbación.

Iris solo podía gemir mientras que la habitación se llenaba con el olor de sus fluidos vaginales, y la chica sentía cómo su cabeza se iba nublando por el placer que esos hábiles dedos le estaban proporcionando. Pero los dedos no serían lo único que demostrarían tener habilidad.

Darkness dejó de jugar con Iris para colocarse enfrente de ella. Le sonrió y de un leve empujó la hizo que se sentara de vuelta en el sillón. La paladina se hincó frente a ella y esta vez con algo de brusquedad, le abrió las piernas, dejando a la vista de la rubia el interior rosado de la chica. Darkness se relamió los labios y sin ninguna clase de aviso, enterró su cara entre las piernas de la chica, de tal forma que los labios de su cara besaron los labios íntimos de la princesa y luego de ese cachondo beso de índole sexual, dejó que su lengua comenzara a explorar la cueva privada de la princesa, la cual no podía más que gemir ante todo el placer que esa lengua, con la fuerza comparable a la de un dedo, le estaba dando.

Iris no lo soportó más y tuvo un poderoso orgasmo que se interpretó como un squirt que le bañó toda la cara a Darkness, pero esta con la mente dominada, ni se inmutó, solo se dio un momento para limpiarse un poco con el dorso de la mano, y continuó jugando con la princesa.

El orgasmo en efecto ...