Mar Sensual: Sandro, el de tierra caliente
Fecha: 27/03/2025,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: MarCaliente, Fuente: CuentoRelatos
... bajaba sobando el palo en mi panocha. Excitada por su desesperación, lo besaba entregándole mi lengua para que se la comiera toda. Pegaba mi cintura abriendo ligeramente mis piernas para sentir más rico su bulto. Me estaba dejando fajar muy cachondamente, Sandro se movía más rápido y su cuerpo temblaba. Recordé cuando él se humedeció en la oficina con sólo platicar, pensé que se iba a venir y después tardaría en recuperar el ritmo y me quedaría caliente, por lo que con voz entrecortada y tratándome de separar le sugerí:
- Pide unos tragos ¿sí?
- Sandro sacado de onda y tratando de reaccionar me preguntó: perdón ¿Qué dijiste?
- Que pidas unos tragos.
- Dudando, ¿Unos tragos? ¿Aquí venden?
- Supongo que sí, respondí y nos separamos.
- Fue al teléfono y preguntó si vendían bebidas, pidiendo unas palomas. Sandro se acercó de nuevo a mí y me volvió abrazar diciéndome al oído que rico fajas, que rica estás. Vistes muy sexy.
- Le respondí gracias, pero lo que pasa es que estás muy caliente.
- Es que llevo varios meses sin coger y la verdad tengo muchas ganas de hacerlo. Tomándome la mano para ponerla en su bulto, me dijo ¡Mira como ando!
- Abriendo su mano lo palpé y dije, ¡Qué bárbaro, mira cómo lo tienes de parado y húmedo! ¡Qué cosota se siente! Se ve que andas atrasado.
- Por eso quería estar contigo aquí, para saciar mis ganas. Tengo muchos deseos de cogerte, estas muy rica y con tu falda corta y esas medias atraes mucho.
- ¿Sólo me vas a usar ...
... para eso verdad? ¿Sólo me quieres para satisfacerte? Me quieres usar sólo para cogerme, le respondí entre indignada y provocativa, piensas que soy qué…
- Mmmmm, no pienso mal de ti, pues si quiero cogerte, pero no solamente es eso, tú eres diferente. Sabes que te respeto y que me caes bien.
Me volvió a besar con mucho deseo, mientras le sobaba su miembro sobre el pantalón. Podía sentir lo largo que era su verga y lo cabezona que estaba. Mientras lo besaba, pensé en la cogidota que me iban a dar con esas ganas y ese palo largo y cabezón. Desinhibida por el alcohol y por lo caliente que estaba, el “pudor” que había mostrado al principio había desaparecido. La mujer casada, fiel y respetable ahora actuaba como una hembra en celo a sabiendas de que era pretendida como un objeto para satisfacer los bajos instintos de un compañero de trabajo, que llevaba un buen tiempo sin tener sexo. Este juego me gustaba y me iba dejar llevar por sus deseos. Como con mis otros amantes, actuaría sin pudor y sería una mujer plena que le gusta excitar a los hombres con sensualidad descarada, con frases provocadoras y una actitud obediente, de sumisión a las pretensiones del amante en turno.
Excitada, apretaba con fuerza ese bulto y metía toda mi lengua en su boca, en señal de total entrega y sumisión. En respuesta, él me desabrochó la blusa para acariciarme mis senos, bajó su boca y los empezó a besar. En su desesperación me hacía ligeros chupetones, mientras yo con la otra mano lo tomaba ...