1. El dulce sexo de mi suegra


    Fecha: 07/04/2025, Categorías: Incesto Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos

    ... a Rupe, pero sin conseguir olvidar a su madre, fueron pasando los años. Nuestra relación iba bien, quizás porque nunca dejé de verla como a una amiga con la que me divertía en la cama. En lo demás era todo muy sencillo, me hacía la vida fácil y se notaba lo enamorada que seguía estando de mí.
    
    La que ya por entonces era mi suegra sí que sabía disfrutar de la vida. Desde que empecé a formar parte de su familia pude comprobar que todo lo que se decía de ella era cierto, que Ruperta tenía citas con diferentes hombres. A mi novia le daba igual la vida sexual de su madre, pero yo no podía evitar sufrir al ver que todos conseguían lo que a mí se me negó. Siempre intenté llevarlo de la mejor manera, hasta que ya no pude más.
    
    - Teníamos un pacto.
    
    - Lo sé, pero no esperaba que lo vuestro durara tanto.
    
    - Me he mantenido a su lado y la he hecho feliz como me pediste.
    
    - ¿Y ahora quieres engañarla conmigo?
    
    - No quiero, pero no consigo olvidarte, te sigo deseando.
    
    - No puedo hacerle eso a mi propia hija.
    
    - Te acuestas con todos menos conmigo.
    
    - No te pases, Patrick.
    
    - Nunca seré feliz con Rupe si sigo sintiendo que tenemos esa deuda.
    
    - Espera un poco más y cumpliré, te lo prometo.
    
    Llevábamos ya seis años juntos cuando Rupe, tan original imprevisible como siempre, me pidió que me casara con ella. Era una auténtica locura, principalmente porque seguíamos siendo demasiado jóvenes para pensar en matrimonio, pero se me ocurrió que formalizar lo nuestro de ...
    ... manera definitiva quizás era el paso que necesitaba dar para olvidarme de mi suegra.
    
    No podía evitar seguir deseando con todas mis fuerzas el follarme a Ruperta, pero eso no quería decir que no me diese cuenta de lo bien que estaba con su hija. Realmente quería casarme con ella, me imaginaba siendo feliz toda la vida a su lado, solo era ese deseo que mantenía desde la adolescencia lo que me perturbaba.
    
    En el fondo esperaba que Ruperta no se tomara bien el anuncio de nuestro compromiso, pero fue la que se mostró más feliz. Su efusiva reacción fue definitiva para convencerme de que estaba haciendo lo correcto y que cualquier posibilidad de tener algo con ella debía quedar ya como un imposible y lejano deseo del pasado.
    
    Nos dieron fecha para casarnos justo un año después, tiempo que pasó volando. Fueron doce meses durante los cuales no paramos, ya que teníamos que organizarlo todo para que quedara perfecto. Cuanto más se acercaba el gran día, más convencido estaba de hacer lo correcto, tanto que ya ni siquiera pensaba en el pacto que tenía con Ruperta.
    
    La noche antes de la boda repasé mentalmente una y otra vez la manera tan extraña que había tenido el amor de llegar a mi vida. Ese día Rupe dormía con su madre para que el encontrarnos al día siguiente en la iglesia fuese más especial, así que yo estaba solo en nuestra casa. Alrededor de media noche llamaron a la puerta... era mi suegra.
    
    - ¿Qué haces aquí?
    
    - Estoy nerviosa, no puedo dormir.
    
    - Si soy yo el que se ...
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