El dulce sexo de mi suegra
Fecha: 07/04/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
... casa.
- Por eso mismo.
- No te entiendo, Ruperta.
- Seguramente piensas que si te ha rechazado todos estos años es porque no quiero nada contigo.
- Claro que lo pienso.
- Lo único que pretendía era proteger a mi hija.
- No tienes que darme explicaciones, lo entiendo.
- Pero la verdad es que siempre te he deseado.
- No es un buen momento para hablar de esto.
- Sé que no es bueno, pero es el último.
- ¿Por qué?
- Una vez que estéis casados cualquier posibilidad se esfumará.
- No te entiendo.
- Tenemos que hacerlo esta noche para que ambos podamos avanzar.
Cuando ya había perdido toda esperanza y estaba convencido de que lo mejor era que no ocurriese nada entre nosotros, mi suegra apareció para confesarme que también me deseaba y que pretendía saldar su deuda. Nunca quise hacer daño a Rupe, pero lo que su madre me hacía sentir, la manera que tenía de excitarme con su simple presencia, era superior a mis fuerzas.
Aun así trate de resistirme, pero Ruperta comenzó a desnudarse. Agaché la mirada para no verla, pero me resultaba imposible que no se me fuese la vista a su cuerpo, tan perfecto como siempre lo había imaginado. Sus grandes pechos parecían pedirme que los devorara, sobre todo cuando me abrazó y los duros pezones se clavaron en mi torso.
Me puse muy duro y ella lo noto de inmediato, porque hizo descender una de sus manos y la colocó justo en mi paquete, palpando sobre el pantalón el tamaño de mi miembro. Me besaba por toda ...
... la cara, buscando mi boca con desespero, pero yo se lo negaba. No podía hacerme el duro eternamente, mi voluntad estaba a punto de quebrarse.
Sentí un pinchazo en el pecho al acordarme de Rupe, pero también pensaba en mí mismo, en ese chaval que se pajeaba pensando en la mujer que en ese mismo momento intentaba meterme la lengua de la boca. Me debía un polvo con ella, siempre lo había sentido de esa manera, así que tenía que cumplir esa fantasía que llevaba ocupando mi mente casi una década.
En cuanto me rendí y agarré su turgente culo a dos manos, mi suegra saltó para que la levantara por los aires y la llevé a mi cama. Quedó abierta de piernas sobre el colchón que compartía cada noche con su hija, esperando a que yo también me desnudara y disfrutar de esa noche de pasión que me prometió a cambio de hacer feliz a Rupe.
Puede que mi suegra esperara una noche de pasión, pero yo solo quería desquitarme. Me bajé el pantalón de pijama y fui directo a estirarme sobre ella para penetrarla. Aunque Ruperta quería que la besara, yo ignoré todas sus peticiones y se la clavé entera. Ella gimió al sentirse colmada por mi polla y comencé a bombear.
A sus cuarenta y tantos años y a pesar de estar debajo, mi suegra se movía como una auténtica diosa. Meneaba sus caderas de una manera que solo podía hacerlo a alguien con mucha experiencia sexual. Mientras yo le daba todo lo duro que podía ella me susurraba al oído todo tipo de obscenidades. Resultaba evidente que lo había estado ...