Una Buena Ocasión 3 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 3

Una buena ocasión 3

(Antes de estar leyendo y darte cuenta; de que varía, entre primera y tercera persona. Recuerda que están cambiando de cuerpos. Y es mi toque artístico, y tal y cual…)

Su padre escuchaba a su hijo orgulloso de como sabia hablar a una mujer, pero su madre solo le miró extrañada de que estuviera escuchando tras la puerta, y siguió con lo suyo. Damián colgó, y su padre salió a saber más, pero en su papel de padre estricto.

- ¿Qué formas de hablar son esas? Por favor, Damián, que sea la última vez, parecías un tabernero. - le dijo pasando a la nevera para preparar los sándwiches.

-Por no hablar de cómo le hablaba a una chica, más bien parecías su chulo. - añadió Lucia sacándole la lengua y devolviéndole una.

Damián asentía, pero miraba a Juan, su padre, y veía a un tío raro con gafas y nariz aguileña, pero raro. De esos que igual les mola comer mierda de las tías, o que le cague y meen encima, no le dio buena impresión. ¿Y esa nariz? Miro a sus hermanas un instante, recordó su cara en el espejo y ninguno la tenían, ni por asomo. Le vino la risa al pensar que igual no era padre de ninguno, asombrado de pensar eso de su padre, y tosiendo le dijo:

-Si papa, lo siento, es qué habíamos discutido ya, y me ha llamado para seguir la discusión. Ya sabes cómo se ponen las tías despechadas. - le dijo sonriéndole cómplice.

Su padre asintió conteniendo una sonrisa, pero Lucia dijo:

- ¡Oh, que machote te has vuelto!, Por favor...-y le miró ...

... desafiante.

-Dijo la otra que tampoco acaba los juegos. - le dijo sabiendo que solo ella lo entendería. Y ella me fulmino con la mirada y me tiro un subrayador, que cogí como si nada, al vuelo, dejando a todos flipando.

- ¡Ala, que pasada! ¡jaja! -exclamó Berta con su padre asintiendo.

Lucia y Damián se miraban diferentes, el con deseo y ella con odio, y dijo su padre:

-Bueno, todo claro, que sea la última vez, y no tires cosas cariño, es peligroso. - y se fue al despacho.

Y Berta se volvió a acercar a su hermano levantando su vestido y pegando su muslo al de él, que estaba sentado mirando aún a Lucia. La noto y bajo un brazo para buscarle las braguitas, tirando de ellas hacia abajo para que se las quitara, y le ayudo sin pensarlo, dejándolas caer al suelo. Se agacho a cogerlas, y vio como su hermano se sacaba la polla y le acercaba la cabeza, sonrió, abrió la boca, empezando a chupar gustosa y excitada por nuestro juego secreto.

-Te estas pasando, ya hablaremos tú y yo. - le dijo Lucia, nerviosa por su mirada descarada.

-Cuando quieras hermanita, pero vamos uno a uno, y queda tarde aún. -le advirtió fijándose en sus pechos, más grandes que los de Berta, y gozando de la suave mamada que le hacia esta.

Lucia no le dijo nada y siguió con su ordenador. Al rato, Berta se animaba cada vez más, notando como se ponía más y más dura en su boca y sus manos, y noto como le separaba la cabeza y la hacía levantarse. Se relamió y se levantó algo retirada de él, para ...