Una Buena Ocasión 3
Fecha: 01/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Trastornado, Fuente: TodoRelatos
... Berta se empezó a correr conteniendo la risa, pero habiendo notado como se ponía la polla como una piedra a cada azote.
La quería atrapar, pero gozaba con el culo de Berta que me quería expulsar, y Lucia sabia hasta que distancia se podía acercar, y volvió a azotarme dos veces, conteniendo la risa de la escena y sintiendo vergüenza de sí misma.
- ¡Plash! ¡Plash! ¡Ya está bien! ¡déjala, perturbado!. - me dijo, esquivando mi brazo con un brillo en sus ojos de enfado y calentón.
Y me empecé a correr yo, empujándole toda la polla, con Berta volviendo a gritar y gemir diciéndole:
- ¡Vete ya, tía! ¡Aaaaajj! ¡Aaaaajj! Me cortas el rollo ¡Aaaaajj! ¡Mmmmh! ¡Buuff! Como quema, que gustito ¡Mmmmh!. - dijo al notarla en el fondo de su culito, retorciéndose con mi mano jugando por su coñito sensible también.
Lucia sabía que corría peligro y se fue al salón, dejando preparado su bolso y su portátil cerca de la puerta, sabía que le debía unos azotes, y que después, acabaría folláda.
Pero sintió rabia al ver como íbamos jugando y ...
... riendo al baño, y poco tardo Berta en comerme el rabo bajo la ducha después de limpiármelo, frotándome la esponja por el pecho hasta que la soltó.
Lucia me escuchaba gemir e insultar a Berta, mientras le follaba la boca. Esta vez no nos podía venir a ver, y se frustro más, cogiendo los cascos de música y poniéndoselos, refunfuñando.
Al rato Berta salió riendo y huyendo de mí del baño. Y se metió en su habitación cerrando y atrancando la puerta. Lucia abrió los ojos al oír algo, y se quitó los cascos.
- ¿No quieres más, gatita? Uno más, venga. Te dejo montarme a tu gusto- le decía tras la puerta sabiendo que Lucia lo oía claramente.
-Vaya, ¿y ahora que hago con este empalme? Dije para que me oyera, bajando las escaleras.
Pero me vio, abrió los ojos, y salió corriendo de casa, escuchándome llamarla calientapollas otra vez. Me subí a vestir y bajé al salón sonriendo.
Berta no saldría, sus pobres agujeros no daban abasto recuperándose cada día, y prefería aguantarse hasta el día siguiente, y disfrutar más.
Continuará.