Una Buena Ocasión 3 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 3

... al notar que costaba entrarla más de lo que le metía antes, con su mano impidiéndolo.

- ¡Ooooj! ¡ya está, no entra más! ¡Aaah! ¡Ooooj! ¡Mmmmh! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! Así, así está bien porfa ¡Buff! Me partes cabrón ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡otro, otro! ¡Aaaaaah! Es que esta polla… ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Mmmmh! ¡Aaaaaah! Cabrón para un poco ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Aaj! ¡Joder, joder! ¡Mmmmh! ¿otro? ¡Aaaaaah! ¿Qué me haces? ¡Mmmmh! ¡Mmmmh!. - me decía en el segundo orgasmo seguido, con un dedo entero en su culo, que la follaba al ritmo de mi polla, y se retorcía como una culebra intentando subir y escapar de los dos.

-Te la suelto por aquí, tranquila solo la punta. - le dije cambiando a su culo, y viendo como abría los ojos al notar como le entraba.

- ¡Mmmmh! así, aguanta, aguanta ¡Mmh! ¡Mmh! ¡Ooooojj! ¡Ooooj! Como me has puesto cabrona ¡Mmmmh! toma lefa calentita ¡Mmmmh!. - le decía follándole con el capullo y corriéndome con ella agarrada a mi cuello, gimiendo y gozando en éxtasis doloroso.

La joven Sumía gozo notando la leche en su culo y mis lametones en sus pezones, ya sin saber si se volvía a correr, pero dejándose hacer entre gritos y gemidos. Le dolía su pobre culo, y notaba que le iba entrando más polla, pero merecía la pena el nuevo placer.

Estuve tentado de meterle más polla todavía, de la que ya tenía dentro, casi un tercio, que resbalaba de lo lindo, ahora que tenía lubricante. Pero me apiadé, y sabía que tenía un culo mejor ...

... esperándome en mi cama, desnuda y cachonda.

-Toma mi número y mi correo, me pasas el trabajo y seguramente tengas que venir mucho a mi casa para “corregirlo”. - me dijo besándome y pegando sus pechos antes de irse bien folláda, caminando como una gatita dolorida, pero sonriéndome.

Pero Lucia sabia lo nuestro, y vino antes de la universidad, sabia de nuestras horas por la tarde sin nadie en casa, y cuando me vio llegar por la ventana, se escondió y espero a confirmar sus sospechas.

Me tome un café con leche con un bocata, y oía a Berta silbarme desde mi cama, reclamándome.

- ¿Dónde estás, gatita? ¡gatita, gatita! -le gritaba subiendo las escaleras, oyéndola reír bajo las sábanas.

-Jodida gatita cachonda ¿Dónde estará? Le voy a dejar el culo echando chispas. - dije entrando en la habitación, viendo cómo se ponía con el culo en pompa bajo las sábanas, apoyada a la almohada y riendo en ella.

- ¡Mmmh! por aquí huele a conejo de gatita cachonda ¡Mmmh! si, aquí esta. - dije colándome por la sabana y encontrando su coñito esperándome.

- ¡Oooooh! ¡Miau! ¡Mmmmh! come, come ¡Mmmmh! ¡Aaaaah! ¡miauuu!. - me decía notando mi lengua en sus partes, y mis manos amasar su culo, abriéndolo y lamiéndole todo con mi lengua colándose en sus agujeros.

Olía a fruta, y sabia a gloria. Se empezó a mover reclamándome en el culo, y luego en el coñito, para recibir un buen mordisco y chupetón en su botoncito o sus labios. Ningún chico le había comido su coñito como lo hacia yo, y la ...