Una Buena Ocasión 3
Fecha: 01/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Trastornado, Fuente: TodoRelatos
... todo lo que explicaba el profesor, y volvía a casa. La misma vida de antes, pero ahora tenía buen sexo, aunque no tenía a nadie con quien hacer los trabajos.
Pero claro, en el siguiente trabajo en grupo, no le faltaron compañeros y compañeras ofreciéndose, pero el miro a sus antiguos amigos y les dijo:
- ¿Lo hacemos juntos, o no? Yo ya me lo sé, vosotros mismos. - y Fermín le asintió, pero Andrea se lo pensó, y le dijo:
-No gracias, ya nos apañamos. - y salió de la clase, con Fermín encogiéndose de hombros y yendo tras ella como un perrito.
Bueno, un perrito que se hacía fotos con las tetas de Andrea, y se sacaba unas pelas, pero solo eso. Y Damián le llamo en el pasillo, y este le espero.
- ¿Cómo van las fotos? ¿Tenéis más seguidores? - le soltó, dejándole a cuadros.
-Pensaba que no lo sabía nadie, ¡jeje! - le dijo sonriendo como un tonto, algo avergonzado.
- ¿Pero luego te la follas no? ¿o al menos te la chupara? ¿No te dejara con el empalme? Esa es capaz. - le preguntó sabiendo la respuesta.
-No tío, es nuestra amiga, solo es para la web, son artísticas. Pero me saco pasta. - le dijo sintiéndose como se sentía después de cada sesión.
- ¿No me jodas tío? ¿te la guardas y os poneis a estudiar? ¡jajaja! venga ya, no te creo. - le dijo machacándole más.
-Me voy tío, hay que respetar a las amigas. - le dijo yéndose muy avergonzado.
-Dile que luego le llamo, que quiero hacer las paces. - le dijo, y el asintió.
Damián veía irse sonriendo, y ...
... negaba con la cabeza. Pensando en el suplicio del pobre Fermín, y sintió una mirada al otro lado del pasillo, miro y era Sumía, una gótica que tampoco hablaba con nadie, y que le miro desafiante.
La miro de arriba abajo, y se dio cuenta que, para estar tan canija, tenía su punto con sus tetitas asomando en un corse y su culito con unas mayas negras hasta medio cachete, con una falda de punto, que no tapaba nada.
- ¿Tienes con quien hacer el trabajo? - le dijo sin acercarse.
Sumía ya hacía días que veía que estaba demasiado cambiado, y le vigilaba viendo como cambiaba de personalidad y notando atracción por “el cabrón”, no por el de siempre. Pensaba que igual estaba poseído, y por eso le acechaba siguiendo sus pasos y sabiendo lo de la madre de Andrea y lo de su hermana. Quería saber que pasaba con él, y deseaba a ese cabrón tan seguro de sí mismo, pero le dijo:
-No hace falta, yo también me lo sé. - y le mantuvo la mirada, viendo como le sonreía y se le acercaba mirando ahora el canalillo desde arriba con descaro.
-No te creo, eres demasiado jovencita, yo te enseño bien el tema, venga. Me encanta tu estilo, me pone mucho. - le dijo colando un dedo entre sus pechitos, tirando del corse para verlos, con ella mirándolo sin inmutarse.
- ¿Cuantos años tienes? -le preguntó, pensando que hablaba con un demonio que manejaba a Damián, sin equivocarse demasiado.
-Vaya, encima lista. Te lo diré después de la primera clase, jovencita. - le dijo frotando su dedo como si ...