Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (10) - Relatos Eróticos

Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (10)

... sociales que ello conlleva, ¿De acuerdo?

Adahí se quedó en silencio por un momento, torciendo un poco la boca mientras se mordía el labio inferior, mirándome de una manera tan intensa que casi podía escuchar los engranajes de su cabeza trabajando a toda marcha mientras mi hija analizaba con cuidado lo que le acababa de decir.

- Contrapropuesta - contestó, algo que en realidad esperaba, pues siendo como era, no creía que Adahí diera su brazo a torcer y aceptara aquella condición sin más - solo pasará una vez y no volveré a comportarme como lo vengo haciendo desde el balneario, eso lo tengo claro, pero esa idea de solamente pasará una vez… bueno… tal vez podría extenderse al fin de semana, quiero decir, si solamente seremos novios hasta que pasé, no lo sé, quizás podríamos pasar el fin de semana de esa forma, como pareja, no me importa que lo hagamos hasta que esto se acabe, pero quiero que al menos lo que resta de la tarde, esta noche y parte del día de mañana, pueda fingir que soy tu chica y que tú eres mi hombre ¿Podríamos hacerlo así, papi, por favor?

Ahí estaba una vez más mi hija, yendo por todo como siempre lo hacía, mirándome con esa carita angelical con la que tanto había soñado desde semanas atrás, en la antesala de ver cumplido aquel sueño por el que tanto se había esforzado, así como ver mis fantasías hechas realidad.

- De acuerdo, lo haremos de esa forma, entendiendo que…

- Después de que me quites la virginidad se acaba nuestro acuerdo, lo entiendo ...

... papi - dijo sin poder contener una entusiasta sonrisa, antes de que sus brazos se enroscaran en mi cuello y besara mis labios una vez más, dejando que su lengua entrara en mi boca, de una forma tan cachonda, sensual y excitante que me tomé un segundo para pensar que tal vez lo mejor sería llevármela a un hotel y hacerla mía ahí, sin embargo, como la experiencia me ha enseñado, hay deseos que resultan más placenteros cuando se complacen en el momento correcto.

Con mucha suavidad y tacto, aparté a mi hija de mi cuerpo y me obsequié un segundo para mirarla a los ojos, para deleitarme con su expresión tan llena de vitalidad y alegría y ese brillo de deseo que irradiaba su mirada.

- Por ahora, vamos al cine, es parte de nuestra cita, cariño - dije risueño antes de que mi hija me diera un pico en los labios y se abrazara a mi brazo.

- Lo que tú digas, amor.

Tal y como lo esperaba, Adahí supo comportarse a la altura de las circunstancias, no hizo siquiera el intento de besarme o tomarme de la mano mientras estuvimos en público, se comportó como lo haría una hija cariñosa durante todo el tiempo que transcurrió desde que bajamos del auto hasta que compramos las entradas para la película y un par de sodas, sin palomitas, pues ambos nos sentíamos satisfechos con lo que habíamos comido; no obstante, al interior de la sala las cosas fueron un poco distintas.

Desde que comenzamos a buscar nuestras butacas, supe que aquel lugar sería el ideal para comenzar con nuestro romance ...