Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (10) - Relatos Eróticos

Adahí: mi nena se ha convertido en mujer (10)

... de fin de semana, pues además de nosotros solamente había un par de parejas ahí, las cuales no prestaban demasiada atención a lo que pasaba a su alrededor y se ubicaron varias filas debajo de donde se encontraban nuestros lugares.

La película comenzó sin que mi hija o yo dijéramos nada, pero no pasó demasiado tiempo antes de que ella decidiera que aquello era lo suficientemente íntimo como para comportarse como nuestro convenio lo permitía, así que levantó el posabrazos que nos separaba y se acarameló a mi cuerpo de inmediato, fingiendo que miraba la película aunque en realidad, para ese momento, ninguno de los dos le prestábamos la más mínima atención a la pantalla.

Con la respiración cada vez más agitada y sintiendo la mano de mi hija moviéndose sobre mi abdomen, poco a poco experimenté la forma como mi miembro se fue poniendo cada vez más duro, un hecho que por supuesto no pasó desapercibido por Adahí, quien sin mediar palabra dejó que su mano se deslizara sobre mi ropa hasta llegar a mi miembro y acariciarlo suavemente, apretándolo a ratos con fuerza, experimentando cómo poco a poco se iba poniendo más duro en su mano.

En aquel momento lo que más deseaba era que mi hija tomara la iniciativa, que sacara mi miembro y me masturbara en esa sala de cine creando una situación sumamente morbosa y llena de adrenalina ante la posibilidad de ser descubiertos, algo que al parecer mi hija supo leer perfectamente pues sin necesidad de decirle lo que quería, en un instante ...

... bajó el cierre de mi pantalón y extrajo mi miembro de su escondite, haciendo que mis ojos se pusieran en blanco al experimentar la forma como me acariciaba, al sentir el calor de su mano rodeando mi verga, subiendo y bajando por ella, escupiendo un poco sobre mi glande para lubricarlo antes de que su cara se levantara y sus labios buscaran los míos para fundirnos en un delicioso beso que completó un cuadro morboso y tan excitante que me dejé llevar por el placer, disfrutando de la descarga de adrenalina que liberaba mi cuerpo ante la sensación del peligro que suponía la posibilidad de ser atrapados.

- ¿Te gusta lo que hago, amor? - preguntó mi hija con ese tono tan sensual y juvenil que cada vez me volvía más loco.

- Me encanta, amor, no te detengas - susurré, dejando que mi cabeza cayera hacia atrás, entregándome al placer que me daba mi hija hasta que una nueva y renovada oleada de gozo me invadió cuando sentí los labios de Adahí engullendo mi pene, haciendo que abriera los ojos y bajara la mirada para encontrarme con la sensual imagen de mi verga perdiéndose en su boca, admirando la forma como la cabeza de Adahí subía y bajaba lentamente, experimentando cómo succionaba mi pene, cómo acariciaba mi glande con su lengua hasta llevarme al punto máximo de excitación, perdiendo el control de mí mismo, olvidándome de cualquier clase de precaución mientras mi mano levantaba su vestido desde atrás para buscar su entrepierna, haciendo que ella levantara una de sus piernas sobre ...