Rocío - Capítulo 7 - Relatos Eróticos

Rocío - Capítulo 7

... bufete en algún despacho o en los archivos, pero lo otro, también resultaba tentador, no lo niego. Recogí la bolsa con los conjuntos y salí de su casa. Al llegar a la calle respiré hondo, menudo día... menuda noche.

Llegué a mi casa tras un largo paseo, dejé la bolsa con los conjuntos sobre una mesa para evitar que al día siguiente se me olvidase, ya que, tenía pensado llevárselos a Rocío al despacho. Saqué con cuidado el conjunto blanco, ese que me había regalado y no pude evitar llevarme ese precioso conjunto a la nariz y aspirar el embriagador aroma de mi compañera. Desprendía una mezcla de aromas, uno característico de ella y otro claramente sexual, inmediatamente tuve una erección pensando en ella y lo que había vivido aquel día inolvidable.

Guardé el conjunto en mi cómoda, junto a mi ropa interior y me desnudé para darme una buena ducha, lo necesitaba. Me dirigí al baño y nada más meterme bajo el agua, mi teléfono sonó, con la llegada de un mensaje, decidí leerlo más tarde, cuando saliese de la ducha. Al salir cogí el teléfono, tenía varias llamadas perdidas y un par de mensajes de Rocío.

- “¿Has pensado en qué lugar vas a follarme?” - rezaba su mensaje y es que parecía que no era ninguna broma.

Me quedé con la vista ida... y aunque miré mi cama de matrimonio, eso me parecía una cosa imposible de realizar. Tanto hacerlo en el bufete como en casa, tenían un plus de peligrosidad, pero de mucho morbo, un extraordinario y atrapante morbo, por lo que contesté ...

... escuetamente.

- “¿Dónde?” - pregunté.

- “Sí, en tu casa o en el bufete.” - añadió de inmediato queriendo ser concisa y clara.

- “Mañana en el bufete”. - respondí.

Vi que ella estaba escribiendo otro texto y noté que mi polla se ponía dura por momentos.

- “Veo que no quieres arriesgar mucho... mañana es domingo y el despacho estará vacío, ¿qué gracia tiene?”

Desde luego el atrevimiento de Rocío era máximo, pero intentaba ponerme a prueba, retarme al máximo y ella quería ir más allá de lo que yo jamás hubiese pensado.

- “Dime lo que te apetece, a ver si realmente me atrevo”. - añadí temiendo que esa chica y sus juegos me llevaran al mismísimo infierno.

Volví a sentir un escalofrío y cómo mi polla seguía dando espasmos mientras ella escribía su texto.

- “¿Estás seguro? ¿No será demasiada locura para un abuelo?” - dijo pinchándome.

- “Ponme a prueba”. - contesté con mi orgullo dolido.

Mandó un emoticono de risa, viéndome totalmente a su merced y es que Rocío iba a conseguir lo que fuera de mí.

- “De acuerdo, mañana terminaremos el proyecto en tu casa, quiero ver cómo me follas allí”.

- “Pero...”

- “Ah y el lunes follaremos en el despacho de don Joaquín.” - añadió ella sin tiempo a rebatir su propuesta.

- “¿El lunes? Pero estará lleno de gente... y el jefe...”

- “Vale, pues nada, si no te atreves... “- apuntó ella “ipso facto”.

Recordé las palabras de esa mujer, cuando me contaba que su chico nunca quería hacer nada diferente, que no ...