Mi esposa y la Pandemia. Capítulo - Relatos Eróticos

Mi esposa y la Pandemia. Capítulo

... que es malo jefecito!

Tal como habíamos coordinado fuimos a almorzar a los comedores de la fábrica para poder ir conocer la casa y después ir de compras. Tomamos nuestras bandejas y nos sentamos conversando trivialidades de la casa gerencial, pero cuando en eso se sentó Elcira con nosotros, sin siquiera preguntar si molestaba, ella comenzó.

Elcira: ¿Claudio, te llevarás a Gabriela toda la tarde?

Yo: Sí, fue mi lacónica respuesta por la impertinente intrusión de mi “subordinada” o será “insubordinada”

Elcira: ¿Me dejarás sola?

Yo: Sí, la necesito y Gaby es mi secretaria, ya me llegará la mía o tuya si así lo prefieres.

Elcira: Pero la necesito…

Yo: Puedes pedirle apoyo a Carmen de contabilidad, como yo lo hice antes de que contratara a Gaby, ella es muy eficiente.

Elcira: Pero no sabe inglés…

Yo: Pero tú sí y de ser necesario, me puedes llamar y te ayudaré a traducir algo si no entiendes, le respondí con mala leche.

Elcira: Muy bien, pero me parece mal que te lleves a la secretaria toda la tarde, ¿qué dirá la gente?

Yo: Nada y si lo dice, me importa un rábano, igual la necesito. Ya tendrás tu propia secretaria, sea Gaby o la nueva.

El resto de mi almuerzo fue casi en absoluto silencio, ya que la única que trataba de romper el hielo era Gaby, pues Elcira pese a mantenerse en la mesa, no dijo nada más y yo contestaba a Gaby con monosílabos pues estaba que mataba a mi sub gerente.

Finalmente salimos en dirección a mi nueva casa, la verdad ...

... es que estaba en uno de los mejores sectores de la ciudad, frente al mar, parecía la vivienda de un millonario, además de ser muy bonita tenía grandes jardines y como descubrimos con Gaby, era muy grande por dentro, claro que sabía que tenía seiscientos metro cuadrados útiles construidos, varias terrazas y una piscina en la que se podía dar unos cuantos largos, diría que de unos 20 o 25 metros de longitud, un jacuzzi, un tobogán de agua, era muy “guay”

Gaby: Guau, qué casa, está muy bien para tener muchas fiestas

Yo: Está de lujo, pero no me gusta tanto eso de las fiestas, jajaja

Gaby: Pero a mí sí

Yo: Pero es mi casa y viviré con mis hijos y eventualmente mi esposa, si es que aún lo será.

Gaby: Con sus hijos le creo, pero su esposa lo dudo, ella lo manipula y lo embauca de lo lindo, no puede ser tan tonto jefecito

Yo: Oye más respeto con lo que dices

Gaby: Si le dije jefecito con mucho cariño, jejeje

Yo: Tienes razón, jejeje

Seguimos explorando la casa, la que contaba con varios muebles que parecían hechos especialmente para ella, tal como un comedor para unas 20 personas, una cocina de lujo, con comedor adosado a ella, una sala de entretenimientos con unos sofá de cuero muy mullidos, en fin debía de comprar muebles de dormitorios para las ocho habitaciones de la planta alta, de las cuales dos eran en suit con sus baños privados, las otras cuatro compartían dos baños completos de a pares. También debía de comprar muebles para la gran sala y otras ...