1. Mi esposa y la Pandemia. Capítulo


    Fecha: 23/05/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: claudiomarried, Fuente: TodoRelatos

    ... mi glande contra sus ya húmedos labios vaginales, sin dejar de amasar las tetas de Anto y dejándola de besar solo para que pudiese respirar un poco… casi sin darnos cuenta, los dos partimos acompasando nuestros movimientos pélvicos, hasta que doblé mis rodillas para ensartarla, lo cual hizo que lanzara un ahogado gemido de placer.
    
    La estuve follando aplastada contra la pared, amasando sus tetas, con la única diferencia que ahora no la besaba, solo la miraba a los ojos. Ella mantuvo su mirada desafiante, como si fuera a decir algo hiriente en cualquier momento, pero no lo hizo, hasta que después de un buen rato sentí que me corría en su interior, por lo que aceleré a todo lo que pude mis furiosas incursiones, lo que desencadenó que ella también se corriera mientras la inundaba de mi simiente. No sé de dónde salió tanta leche, ya que hacía solo un rato que le había llenado la boca.
    
    Anto: Esta es la segunda de hoy, no lo olvides
    
    Yo: ¡Quien lleva la cuenta!, además, no es cierto, aún no he terminado de follarte hoy, solo cuando termina será la segunda
    
    Anto: Yo llevo la cuenta y además estoy cansada
    
    Yo: Pero yo no, así que putita, ponte en la cama, que te comeré el coño, sé que eso te va a gustar
    
    Anto: Solo me gusta cuando lo hacen mujeres, ¿aún no lo sabes?
    
    Yo: Vamos, que una boca es una boca, no seas melindrosa.
    
    Anto: ¡Claro si tu no te la metes!
    
    Finalmente cedió y se acostó en la cama donde a base de una buena comida de coño, un coño rosado y bien ...
    ... cuidado, se volvió a correr. Es así que después la seguí follando duro hasta que mis fuerzas me abandonaron y el sueño me llevó a los brazos de Morfeo, lo último que le alcancé a decir a Anto, la que estaba tan desfalleciente como yo, es que al día siguiente sería bueno que me acompañara a la oficina central, para así poder firmar su contrato y que si quería podía ir conmigo hasta mi nueva casa, lo que le abarataría costos y ahorraría hasta recibir su primer sueldo y que dicho viaje sería en un par de días más.
    
    A la mañana siguiente desperté con la alarma de mi móvil, miré a mi lado y no encontré a Anto, pero sentí como corría la ducha del baño de mi cuarto, por lo que pensé que estaría preparándose para acompañarme a la oficina como le había propuesto. Entré al baño y efectivamente la vi metida bajo la regadera, la verdad es que por primera vez no la vi como mi enemigo, aún no sé por qué lo hice, pero al contemplarla, sin siquiera pensarlo mi verga se me empalmó, por lo que descaradamente me metí a acompañarla.
    
    Anto: Quién te dio permiso para entrar
    
    Yo: Creo que a estas alturas del partido no requiero de permisos mi querida Anto, jejeje
    
    Anto: Tal vez mi cuerpo ya no tenga secretos para ti y eso sea cierto, pero te advierto, nada de jueguitos, que tengo el coño escocido de tanta verga
    
    Yo: Muy bien no te haré nada, ¿si quieres te tallo las espalda?, jejeje
    
    Anto: No sé de dónde sacó Maite que eras tímido, jejeje sonrió por fin.
    
    Por primera vez Anto se rió ...
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