Mi esposa y la Pandemia. Capítulo - Relatos Eróticos

Mi esposa y la Pandemia. Capítulo

... que ya me establecería el la casa destinada a mí y que podría alojar cómodamente a Elcira, si es que ella estaba de acuerdo. También les dije que como subgerente ya contaba con una nueva secretaria, cosa que tenía muy preocupado a mi jefe, pues uno de los presidentes le preguntaba por ello en cada momento.

Después de mi detallado informe, conversé con algunos colegas y conocidos, además fui a recibir la gran camioneta destinada a mi puesto, la cual era impresionante, al verla pensé en que en ella cabrían todas mis pertenencias y algo más.

Finalmente me encontré con Olga y Anto en mi antigua oficina las que estaban “conversando un café”, por lo que me uní a ellas sin mayores inconvenientes. Finalmente mi ex secretaria me dijo que debía de pasar al interior de mi antigua oficina ya que me debía decir algunas cosas personales.

Olivia: Linda chica, me dijo apenas entré.

Yo: Sí, la verdad es que la contraté por recomendación de unos conocidos, que alabaron su eficiencia.

Olivia: Pero igual es una hermosa chica, como para olvidar a su esposa Maite

Yo: No lo creo, dejemos que el tiempo pase, jejeje, dije pensando en todo lo contrario

Después de ese breve diálogo doña Olivia se acercó a mí invadiendo mi “espacio personal” como queriendo hacer algo más, por lo que adivinando su intención, la tomé por su dichoso culo y la apreté contra mí… no dijo nada, por lo que nos besamos silenciosamente mientras amasaba su gloriosa humanidad. Mi verga se puso en guardia ...

... rápidamente, mientras como pude le subí su ajustada falda hasta la cintura y luego me apoderé de su coño, amasándolo por sobre sus delicadas bragas. Doña Olivia, comenzó a mover las caderas al son de la incursión de sus dedos, mientras sin dejar de besarme, liberó sus apetitosas tetas.

La levanté y luego la llevé a mi antiguo escritorio y corriéndole las bragas comencé a comerle el coño mientras ella se tendía sobre la cubierta. Cuando su coño estaba a punto de caramelo saqué mi verga y se la metí hasta el mango, para luego subir sus torneadas piernas a mis hombros y follarla como si el mundo se fuera a acabar mañana.

Olivia: Así se follará a la nueva, dijo con voz cálida de gata ronroneando

Yo: Sí, ya que no la podré follar a usted Olivia, dije a modo de complacerla.

Olivia: Entonces siga don Claudio, siga, métala fuerte.

Yo: Lo que quiera Oli, recordando que Anto estaba afuera a solo unos pasos de nosotros, por lo que sonreí.

Con mi apasionado mete saca veía como sus tetas se movían libremente, de alguna forma me hizo recordar a Maite… Maldita sea, no puedo dejar de pensar en mi casi ex mujer… pese a que llegamos a un acuerdo, aún estaba resentido y pensaba seguir con el divorcio… sé que ella se opondrá, pero lo haré… lo que no sé, si es que podré librarme de ella, eso no lo sé.

La follé unos cuantos minutos hasta que sin miramientos me corrí en su interior, lo que desató la suya. Olivia ahogó su corrida mordiéndose los labios, mientras yo trataba de ser ...