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Mi esposa y la Pandemia. Capítulo
Fecha: 23/05/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: claudiomarried, Fuente: TodoRelatos
... problema, esto es un hotel, en la casa no lo haremos en la ducha, jajaja Agotados terminamos de ducharnos para luego vestirnos e ir a desayunar. Durante el desayuno Anto se quejaba de que su culo le molestaba, mientras yo sonreía con malicia y le decía algunas brutalidades. Ya a las 10:30 por fin salimos rumbo a “nuestra casa”, y sí, tuve que ayudar a Anto a subir, pues la camioneta es alta y efectivamente le dolía le orto. El viaje continuó sin problemas, durante el trayecto, Gaby me llamó informándome que los muebles comprados ya estaban en casa instalados y que podríamos alojar en cas sin problemas, además diciéndome que había dejado algo de comida en la nevera y despensa, cosa que le agradecí. Llegamos como a eso de las 18:00 horas a la casa. Anto estaba maravillada por lo hermosa y grande que era, luego de mostrarle todo, le señalé cual sería su habitación, bajamos todo el equipaje y la dejé haciendo lo suyo. Llamé a Gaby para informarle de mi llegada y ella llegó a mi casa a los pocos minutos, lo único que no le gustó fue el ver a la bella Anto, pese a que la saludó cordialmente, pero yo conocía su cara y es la misma cara que pone cuando la mando a trabajar con Elcira. Después de un rato en que me explicó todo lo que había hecho en casa y donde estaban todas las cosas, me llamó discretamente a un lado y me dijo: Gaby: es muy bella, ¿es su amante? Yo: No, es la amante de mi esposa Gaby: ¡Noohhh!, en serio, pero cómo Yo: La vida no siempre es ...
... como uno quiere Gaby: Pero cómo terminó con ella aquí, yo pensé que esta chica sería su secretaria y después su amante Yo: Largo de explicar, pero está relacionado con mi reconciliación con mi mujer. Gaby: Entiendo, jejeje, espero que sea lo que sea que trama su esposa y usted les resulte. Finalmente logré echar de mi casa a Gaby y nos quedamos solos con Anto, sería eso de las 21:00 horas, cuando por fin nos sentamos a la mesa de la cocina para cenar, al principio no hablamos, solo lo justo y necesario para pasar la sal, entregar un cubierto o algo así, hasta que Anto rompió el silencio: Anto: ¿Qué harás cuando termines tu venganza? Yo: No lo sé aún, contesté sinceramente Anto: ¿Viviras con ella? Yo: Y los niños Anto: ¿Eso incluye a mi hijo? Yo: ¿Tu hijo? Anto: Sí, mi hijo Yo: Tal vez, como te dije no lo sé, probablemente. Anto: Yo también quiero vivir con mi hijo, de eso no tengo dudas. Yo: ¿Donde viviras?, dije en forma sarcástica Anto: Si es necesario en una carpa en tu antejardín, pero con él Yo: Anto, si finalmente me quedo con Maite, no será necesario que vivas en mi antejardín, jajaja, lancé una sonora carcajada, que me sorprendió incluso a mí. Seguimos conversando, de muchas cosas, todas relacionadas con nuestro entuerto, creo que por primera vez en todo este tiempo hablamos con “sinceridad” y fui descubriendo a Anto, cambiando su imagen en mi cabeza desde una pérfida puta lesbiana a una chica algo diferente, la noté ...