Mi esposa y la Pandemia. Capítulo
Fecha: 23/05/2025,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: claudiomarried, Fuente: TodoRelatos
... tarde, debía de estar en el aeropuerto a eso de las seis, por lo que me quedaba hora y media de “descanso” antes de retornar a mi nueva ciudad.
Es así como apenas entramos mi suegra tomó el control de los niños y con mi ladina mujer, perdón casi “ex mujer”, entramos en otro de sus extraños diálogos manipuladores, donde fui arrinconado por ella. Es así como me llevó a la sala y me dijo:
Maite: Ya que estás aquí, tenemos una hora y media para continuar con el ajuste de cuentas…
Yo: Pero yo vine por los niños.
Maite: Tranquilo, ya los verás todos los días, y ahora sólo seremos Anto y yo
Yo: Está tu madre con los niños
Maite: Tranquilo, ella se encargará de ellos, ahora somos los tres…
Yo: Tú Maite aún no estás perdonada del todo y no tienes pitos que tocar, en esto.
Maite: Sí, los tengo, ya estuviste conmigo y te gustó, además, estamos cumpliendo lo que pediste, no veo por qué yo no puedo participar.
Yo: Maite, aún no estás perdonada y el divorcio sigue en curso
Maite: Lo sé, pero la verdad es que solo quiero ser tu mujer, divorciada o no.
Yo: No quiero mentirte, el ver tu barriga hinchada por otro, me enfurece y se me hace difícil poder follarte.
Maite: Lo sé, pero ya lo hiciste una vez, que más te da follarme nuevamente, aunque sea por venganza… puedes follarme con furia, con enojo, como quieras
Lo último que mer dijo, lo dijo calculando que no le haré daño, pues sabe que la sigo amando y siempre la protegí… en eso confía ciegamente en ...
... mí
Anto: Claudio, ya que estamos en esto y estás aquí, será mejor si participa Maite, dijo con una casi sonrisa
Yo: Algo frustrado dije con tono colérico: !Muy bien Maite, participa, pero todo lo que hagamos es para mí!
Maite: Seguro.
Yo: Seguro,así que las dos seguirán mis instrucciones y nada de dejarme abandonado o insatisfecho. ¿¡Entendido!?
Maite: ¡Uy, ese es mi macho!
Anto: ¿Quién cambió a tu maridito?, dijo con sorna.
De alguna manera dejé que Maite se embarcara en el supuesto “castigo” de mi cruzada y pasando de “enemiga”, ahora se transformaba en una aliada… o tal vez en una mercenaria.
Con la anuencia de mi suegra que rápidamente se llevó a los niños a otro lado, entramos los tres a mi cuarto. Lo raro es que tanto Antonia como yo, no teníamos claro qué hacer en este improvisado encuentro. Pero Maite con una mirada picaresca, parece que sí. Ella estaba mirándonos atenta, como teniendo todo muy claro… Yo me di cuenta que tenía que hacer algo y tomar la iniciativa, para que mis palabras no quedarán en solo eso, palabras y fuera yo el que mandara.
Las tomé de la mano y las senté en la cama, situándome en medio, luego me senté para besar tiernamente a Maite… ¡Sí las besé tiernamente! estaba en eso cuando extrañado noté que Antonia se quitaba la ropa sin decir nada, quedando en un conjunto que apenas tapaba su linda humanidad, dejando oculto solo lo necesario para que mi libidinosa y pervertida imaginación, completara lo que no se veía de sus ...