Dios no va a impedir que mi cuñado me desvirgue
Fecha: 28/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
... que habíamos decidido hacer un pequeño viaje para celebrarlo, pero surgió un pequeño contratiempo. Los padres de Jaime habían decidido irse de vacaciones en el mismo periodo de tiempo, pero el último momento se echaron atrás porque no se atrevían a dejar a Isaac solo. En un alarde de generosidad, mi novio se ofreció a que fuésemos nosotros los que nos quedáramos vigilándolo.
No me hizo ninguna gracia que cancelara nuestro viaje sin preguntármelo, pero debía aceptar que ese era el novio que tenía, un muchacho siempre centrado en hacer el bien. Me propuso como alternativa que esos días me fuese con él a su casa, para poder pasar todo el tiempo juntos y asegurarnos entre los dos de que su hermano estaba bien.
En otras circunstancias ese hubiese sido el plan perfecto, tener durante dos semanas la casa sola para nosotros, pero, teniendo en cuenta que no podíamos mantener relaciones sexuales, iba a ser una tentación muy grande. De todos modos decidí aceptar, siempre estaría mejor allí con él que en mi casa con mis padres.
Los dos primeros días sirvieron para comprobar nuestros límites. Jaime y yo dormíamos en la cama de sus padres, después de una noche entera de besos y tocamientos que costaba mucho frenar. A veces tenía la tentación de mandarlo todo a la mierda y pedirle que me hiciese el amor ahí mismo, pero su forma de ser no invitaba demasiado a la locura.
La tranquilidad en el hogar se acabó el tercer día, cuando a Isaac le dio por aparecer. Pensábamos que sería ...
... algo puntual, que había vuelto por algo y que después se iría de nuevo, pero parecía estar allí para quedarse. Nunca había intercambiado una sola palabra con él, hasta que una mañana me lo encontré en la cocina cuando iba a preparar el desayuno. Solo llevaba puesta la ropa interior.
- Buenos días, cuñadita.
- Buenos días, Isaac.
- ¿Habéis dormido bien el cura y tú?
- Perfectamente, gracias.
- Estuve toda la noche despierto por si te oía gemir.
- Pues me temo que perdiste horas de sueño en vano.
- En serio, chavala, huye de aquí tú que puedes.
- Estoy muy bien con tu hermano.
- A mí no me engañas como a ellos, yo veo a la legua la clase de chica que eres.
- ¿Qué quieres decir?
- No estás hecha para casarte a los veinte y empezar a parir sin cuestionarte nada.
- No sabes nada de mí.
- Sé que no llevas nada bien la abstinencia sexual.
- Mientes.
- Se te marcan los pezones, estás colorada y te tiemblan las piernas solo porque me estás viendo en calzoncillos.
- No me extraña que tu propia familia piense que eres un cretino.
- Ya, pero este cretino puede darte mucho placer si te atreves a visitarme alguna noche en mi habitación.
Salí de la cocina y me fui corriendo al cuarto de baño. Allí lo primero que hice fue mirarme en el espejo y comprobé que Isaac tenía razón. Tenía la cara roja, los pezones se me marcaban por lo duros que estaban y las piernas me seguían temblando. De lo que mi cuñado no se había dado cuenta era de que ...