Papá cuidará de ti
Fecha: 30/05/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
... buenas palabras, pero después se quejaba de una manera que no me gustaba nada. Aunque comprendía que podía llegar a ser desquiciante para una chica tan joven gestionar esa fama, no me gustaba cómo hablaba de los niños que se acercaban solo para saludarla o hacerse una foto.
El problema llegó cuando ya no solo los más jóvenes se acercaban a ella. Su fama atrajo también la gente adulta, especialmente hombres que no me daban demasiado buena espina. Nuestra dirección se filtró y a menudo había gente en la puerta, esperando a que Sheyla saliera. Ellas estaban encantadas con ese nivel de fama, pero a mí me parecía insoportable, sobre todo porque ni así conseguíamos llegar holgadamente a fin de mes.
Por mucho que Merche insistiera, yo me negaba a tocar un solo céntimo de lo que Sheila ganaba, así que me veía obligado a seguir trabajando como un perro para pagarlo todo. A menudo tenía que llevar a mi hija a en los que era la estrella, lo que me obligaba a faltar a veces al trabajo o a tener que gastar más dinero en gasolina.
Mi desespero crecía a la par que la cuenta bancaria de mi hija. Empezaba a no ver con tan malos ojos coger algo de su dinero, o al menos pedirle que me hiciera un préstamo. Hasta que una mañana, cuando me iba a trabajar, encontré justo al lado de mi coche a un hombre que me estaba esperando para hacerme una propuesta.
- Usted es el padre de Sheyla, ¿no?
- Sí, pero ahora mismo no llevo fotos firmadas ni nada para tus hijos.
- No tengo hijos, en ...
... este caso soy yo el admirador.
- Eres bastante mayor para el contenido que produce mi hija.
- Puede ser, pero es que es muy guapa.
- Es mejor que esta conversación termine aquí o tendré que llamar a la policía.
- No se preocupe, nunca le haría daño ni usted ni a la estrella.
- ¿Qué haces aquí?
- Quiero proponerle algo.
- No me interesa.
- Solo deme un segundo.
- Deprisa, tengo que ir a trabajar.
- Necesito que me consiga ropa interior usada de su hija.
- Largo de aquí, degenerado.
- Le pagaré lo que me pidas.
- No necesito tu sucio dinero.
- Esta tartera que tiene por coche dice lo contrario.
- Eres un cerdo y me das asco.
- Los próximos días estaré por aquí, por si cambias de opinión.
Nunca en la vida se me iba a presentar una manera tan sencilla de ganar dinero, pero la simple idea me provocó náuseas. Pensaba que no iba a poder quitarme de la cabeza la repugnante cara de ese pervertido, pero entonces ocurrió algo que pasó a acaparar todos mis pensamientos y mi atención. Me despidieron del trabajo.
Pensaba que al ser funcionario tenía mi plaza asegurada, pero llegar tarde a menudo y mis constantes ausencias hicieron que prescindieran de mí. En ese momento me sentí desesperado, no sabía qué iba a ser de nosotros. Evidentemente, estaba todo el dinero de Sheyla, aunque seguía sin querer recurrir a eso.
Lo que más me angustiaba era tener que contárselo a Merche. Aunque todo era culpa de ella, que nos había metido en ese ...