1. Marta: una amiga inesperada


    Fecha: 19/06/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Toni Garcia, Fuente: CuentoRelatos

    ... meterse sólo la puntita para repetir el proceso. Me está volviendo loco la parsimonia con la que me está tratando.
    
    —¿Te está gustando? o ¿Quieres que vaya más rápido? –me pregunta complaciente.
    
    Desde arriba la miro sonriente, joven, bella y deseosa de satisfacerme; con mi pene en una mano y mis huevos en la otra espera que le diga mis deseos.
    
    —Lo estás haciendo de puta madre. Nunca me la habían chupado así de bien. Sigue, sigue que ya te avisaré.
    
    Mirándome con cariño vuelve a su tarea pero está vez se mete la polla más profundamente. Traga, acaricia la punta con la lengua, la saca, coge aire y vuelve a tragar.
    
    Yo siento que mi orgasmo se acerca y cogiéndola de la cabeza le obligo a comérsela entera. Una vez dentro empieza a follarme con la boca cada vez más rápido.
    
    Yo siento que me acerco al fin.
    
    Marta que siente que estoy cerca acelera más y más sus chupadas.
    
    Ya estoy a punto, siento subir mi esperma y se lo hago saber a mi amiga.
    
    —¡Marta, me vengo, me vengo! ¡Quita, quita! ¡Qué me corro! –le ...
    ... chillo mientras intento que suelte mi polla.
    
    Marta, para mí sorpresa, la traga hasta el fondo y me la frota con la lengua. No puedo más y me corro en su boca. Una, dos, tres y un montón de veces. Mi compañera va chupando mientras descargo y se lo va tragando todo.
    
    Cuando termino la miró desde arriba y sonriéndome abre la boca enseñándome parte de lo que no se ha tragado. Se lo traga y se acerca para que nos besemos.
    
    —Joder, niño, cuesta que te corras ¿Eh? Normalmente me duráis bastante menos y no es tan cansado.
    
    —¿Estás bien? –le pregunto preocupado por ella, cuándo me sonríe le reconozco: —Es cierto que haces unas mamadas de puta madre. En mi vida me habían dejado tan seco.
    
    —¡Y qué lo digas! Has echado mogollón, casi me atraganto.
    
    Estamos un rato tumbados en el sofá besándonos y toqueteándonos hasta que, compungida, me reconoce que se tiene que ir a casa. Nos arreglamos la ropa y la acompaño al autobús. Cuando miro cómo se marcha vuelvo al local a estudiar y pienso en Marta y en lo bien que nos lo vamos a pasar. 
«12345»