¿Por qué a mí? Capítulo 45 - Relatos Eróticos

¿Por qué a mí? Capítulo 45

... derecho.

– Gracias amigo, gracias. – Sonreía sintiendo el afecto de él.

– Nada que agradecer, al contrario, yo debo estar agradecido de conocerte y que nos hayamos convertido en amigos, también agradezco el haber sido portador del mensaje de mi adorada y amada Jackie y, así como ella quiere que yo sea feliz, también tú debes serlo, así que no te me cierres, sólo déjate llevar, ¿estamos de acuerdo? – Flavio me brindaba un poco de positivismo a mi vida que ha sido más negativa y gris desde que supe mi diagnóstico deVIH.

– Está bien, trataré de no cerrarme al amor, pero, si me vuelve a ir mal, te aseguro que nunca más creeré en eso y me enfocaré en otras cosas, ¿estamos de acuerdo? – Lo miraba mostrando una sonrisa.

– Está bien joven, será nuestro acuerdo. – Flavio me daba la mano y ambos estrechábamos.

– Ahora sí, muchachito, debo despedirme, pero antes. – Flavio se estaba por despedir, cuando me cargaba fuerte.

– Debo llevarte a tu silla de ruedas para que vayas a tu terapia. – Él muy fuerte me levantaba y me llevaba.

– Oye, gracias, se nota que le has metido muy duro al gimnasio, vaya que brazos y fuerza, y no menciones terapia, que debo comenzar también con terapia de psicología y puff, será larga esta recuperación. – Hablaba en lo que él me cargaba y me llevaba a la silla.

– Pues he tratado de hacer ejercicio constantemente, pero mi trabajo a veces me lo permite y a veces no, pero gracias por notar ese cambio en mí; y bueno, creo es algo normal que ...

... vayas a terapia de psicología, digo, lo que viviste no fue algo como para pasarlo de largo, ¿no crees? – Flavio me colocaba en la silla con cuidado.

– Mientras seas constante con tu ejercicio, te mantendrás fuerte como ahorita; claro, lo que me pasó no es como para decir ah sí me dispararon y ya, lo que sigue, por qué pues no verdad, sin embargo, siento que el asistir a terapia me hará remover cosas que no quiero volver a contar, pero el tiempo dirá. – Le decía con cierto temor.

– Así es, el tiempo lo dirá, en lo mientras, listo, creo que ya quedó. – Flavio me acomodaba mejor en la silla.

– Gracias en serio, Alan Alejandro no me hubiese cargado como tú, en serio gracias. – Le decía sintiéndome seguro en la silla.

– Claro, ese enfermero aunque se vea algo ejercitado, no tiene la fuerza que yo. – Flavio se sonreía.

– Y mira Job. – Él se ponía en cuclillas ante mí.

– Es bueno hablar del pasado sin llorar y contarlo como un recuerdo vivido más en nuestra vida, pero es malo hablarlo llorando o queriendo evitarlo; esto no se lo dije a nadie y hasta ahorita te lo diré, pero yo tuve que asistir a terapia de psicología durante casi año y medio después de perder a Jacqueline, y sigo asistiendo por qué es algo sano para nosotros, sí quieres tener una vida nueva, será bueno que asistas a sesión, además, te hará bien, te sentirás renovado y siendo que una vez yendo, serás otro, amigo, te deseo lo mejor y prometo regresar pronto para charlar contigo, y por favor, no eches ...