¿Por qué a mí? Capítulo 45 - Relatos Eróticos

¿Por qué a mí? Capítulo 45

... en saco roto lo que te digo. – Flavio me sonreía y mi reacción con él era el abrazarlo muy fuerte.

– Muchas gracias, en serio, gracias. – Ese abrazo era de lo mejor, pero, nuevamente éramos interrumpidos.

– Disculpen, pero ya es hora. – Alan Alejandro regresaba.

– ¡Ay no puede ser! – Flavio murmuraba serio.

– Hola, ya nos estábamos despidiendo. – Le decía a Alan en lo que Flavio y yo nos separábamos.

– Ay qué bueno, significa que usted ya se va, mire que por su culpa ahora Job entrará al siguiente grupo de rehabilitación y no al que él acostumbra estar. – Alan decía en tono algo agresivo a Flavio.

– Mientras Job no rechacé la rehabilitación, el grupo en el que él esté le irá siempre bien, así que no quiera que eso interfiera en los avances de mi amigo, no es ni fue mi culpa señor. – Flavio molesto se dirigía a Alejandro.

– No digas eso Alan, Flavio no tiene culpa de nada, en todo caso debo ser yo el culpable ya que fui quién pidió más tiempo con mi amigo, pero bueno, me espero al siguiente grupo, mientras siga rehabilitándome como dice mi amigo, el grupo no importa. – Hablaba apoyando a mi amigo.

– Bueno Job, voy a hacer el registro de que estarás en el otro grupo por esta ocasión y ya luego regreso ahora sí para llevarte, con permiso. – Alan se ponía serio y mejor se retiraba sin si quiera mirar a Flavio.

– Neta que un día le voy a romper la cara a ese tipejo, no me agrada en lo absoluto, desde esa primera vez que lo vi no me agrado para nada. – ...

... Flavio me miraba exponiéndome su sentir.

– No pasa nada, en verdad, tranquilo, ya, mejor olvídate de Alan Alejandro y empújame para el pasillo, así será más fácil para él de llevarme y tú de despedirte de mí, recuerda, quién mucho se despide. – Hablaba tratando de mediar la tensión.

– Pocas ganas tiene de irse. – Flavio a completaba sonriendo.

Él se colocaba atrás de a silla, quitaba los seguros y me llevaba para el pasillo.

– Tengo pocas ganas de irme, pero debo hacerlo, ¿me prometes que estarás bien? – Flavio decía con cierta preocupación.

– Sí ya me di cuenta de esas ganas que no tienes de irte, pero estaré bien, anda, te veré en uno cuantos días y espero que ya sea en mi casa. – Me sonreía.

– Si le pones empeño y entusiasmo, estarás en tu casa pronto y espero que sí, no quiero seguir viendo a este tipo que me cae horrible. – Flavio me daba un último abrazo diciéndome eso.

– Así será amigo, le pondré muchas ganas para salir ya de aquí por fin. – Soltaba a Flavio y lo despedía.

– Ya, ya me voy. – Suspiraba Flavio.

– Anda, ten buen viaje. – Nostálgico dije.

– Te veré pronto amigo, muy pronto. – Flavio se comenzaba a ir caminando.

– Nos veremos pronto, así será. – Mostraba una ligera sonrisa para despedirle.

Él caminaba a paso lento, deseando no irse, pero tenía que hacerlo yo le miraba esperando pronto verlo y seguir platicando, por qué me hace bien verlo y también escuchar a mis amigas, ¡los extraño bastante!

Unos instantes después, Alan ...