MANOLO. Suegro, consuegro y padre - Relatos Eróticos

MANOLO. Suegro, consuegro y padre

... me puse frente a ella. La cogí dulcemente del culo y la senté en mi regazo. Ella abrazó mi cuello y me ofreció su boca. La besé, intercambiamos saliva y juegos con lengua, sonreía, le gustaban las cosquillas que le arrancaba con mi lengua en su oído. Mi polla palpitaba entre su barriga y la mía, y ella se frotaba suavemente su coño con ella. La levanté para sentarla sobre mi capullo. Le encaré el glande a la entrada de su vagina, ella suspiraba y respiraba fuerte, estaba nerviosa, con miedo, deseosa y caliente a la vez.

Mi capullo se encontró con la estrechez de su coño y la barrera de su himen. Había llegado el momento, ella lo sabía y lo esperaba. Nos miramos a los ojos y nos sonreímos, ella estaba preparada y yo también y con un leve, pero efectivo empujón, el himen cedió y entró hasta media polla dentro de su vagina. Me mordió el hombro y permaneció así el tiempo que duró, hasta que empuje de nuevo la polla y se la terminé de meter entera.

Le abrí los cachetes del culo para que mis huevos encontraran refugio en su ojete. El grito que emitió cuando se la metí fue suave, agudo, prolongado, me miró de nuevo, tenía lágrimas en los ojos, no eran lágrimas de dolor, eran lagrimas emocionadas de placer y felicidad. De su boca salió la palabra, te amo, le susurré al oído que yo también.

Estuvimos rato largo en silencio, besándonos y sonriendo, su expresión era de felicidad, cada vez iba disfrutando más del polvo tranquilo que nos dábamos. Abrazados rulamos por encima del ...

... colchón con abrazos y besos de amor y cariño. Se corrió un par de veces cuando decidí ya darle un poco de ánimo y caña al polvo.

Me la volví a sentar sobre la polla y ahora de pie, le empecé un mete saca frenético y constante durante minutos. Su orgasmo fue prolongado y la dejó desecha en un mar de suspiros cuando recibió toda mi corrida dentro de su vagina. Jadeaba y respiraba fuerte. El beso más tierno, húmedo y largo que había dado en mi vida se lo di a Pilar aquella madrugada. El día ya había venido a vernos y el sol se colaba por la ventana de la habitación.

Me levanté y abrí la ventana, ella desde la cama sonriendo y llena de felicidad me miraba. Miré mi polla y vi los restos de sangre y semen, las sábanas también delataban la batalla sexual que se había librado. La cogí en brazos, ella me abrazó y así me la llevé a la ducha.

Debajo del chorro del agua y después de enjabonarnos la empotré a la pared y me la volví a follar. Volvió a correrse y yo también. Le volví a llenar aquel coño recién estrenado de leche. Los besos no cesaban al igual que sus te amo, te amo.

- Manolo, soy la mujer más feliz del mundo

- ¿Te ha gustado Pilar?

- ¡Oh, Manolo! ¡Que placer! ¡Dios mío! ¡Es sensacional!, te amo Manolo, te amo.

- Recuerda que eres mi nuera y que te debes a Jaime.

- No Manolo, lo siento, pero Jaime ya no es nada para mí, además ni me quiere. Yo te amo a ti, quiero ser tu mujer y que me des hijos. Haré siempre lo que tú me digas y si vienes con amigas o ...