Padre soltero
Fecha: 25/06/2025,
Categorías:
Hetero
Sexo con Maduras
Autor: Unrelatistamas, Fuente: SexoSinTabues30
... haciendo del baño. En vez de disculparme y salir lo más rápido de esa situación, mis ojos se centraron en su sexo, y fue entonces que una gran erección se formó en mis pantalones.
Poseído por una gran lujuria me bajé los pantalones y con mi verga erecta me acerqué a Helena, quien solo me veía con terror. Al quedar enfrente de ella, la tomé de la barbilla y le ordené que abriera su boquita, y para mi gran placer, ella obedeció sin decir mayor cosa. Primero yo tuve que hacer los movimientos para disfrutar la felación, pero luego ella tomó la iniciativa y me lo empezó a mamar de una manera fenomenal.
Cuando al fin eyacule, ella se tomó todo mi semen, luego me volteó a ver y me dijo. – Señor no podemos hacer esto mientras Lucía este en casa.
Yo. – Osea que no te opones si ella no esta presente.
Helena se quedó callada.
Yo. – Bueno, límpiate si ya terminaste, sino Lucía va a sospechar.
Salí del baño y seguí con mis quehaceres, mientras que Helena se fue a jugar con Lucía. En la noche fui al cuarto de mi hija, y al cerciorarme que ella estuviera durmiendo profundamente, me dirigí a la colchoneta en donde estaba durmiendo Helena, la cual se despertó al sentir mi presencia. Para mi suerte no hizo ruido, solo se limitó a verme, para después parase y seguirme a mi cuarto.
Allí me lo cogí en todas las posiciones que conocía, y cada vez que sentía que iba a eyacular me salía de su interior, momento que utilizaba para besarla por todo su cuerpo. Ella solo se dejaba ...
... hacer. En cada embestida que le daba, ella tapaba su boca con alguna de mis almohadas, aunque algunas veces sus gemidos lograban escaparse. Por suerte Lucía tenía el sueño sumamente pesado. Cuando por fin eyaculé lo hice dentro de ella, ya que me había dicho que estaba bien.
A partir de ese punto me la cogía en cada momento que podía, aunque de día me limitaba mucho el hecho de que mi hija estuviera merodeando, pero las noches eran solo para los dos. No sé de cuantas maneras me lo cogí, pero cada vez que eyaculaba sentía que estaba en el cielo. Cuando menos me lo espere terminó su estancia con nosotros, yo le rogué que se quedara un poco más, pero ella dijo que su papá había sido muy claro que no podía. Yo me agüite mucho, pero no podía hacer nada.
Durante mi trabajo no me pude concentrar mucho debido a que sabía que no vería a Helena durante un buen rato. Sin embargo, cuando volví a casa a la primera persona fue a Helena, quien se encontraba llorando en la entrada del edificio en donde vivíamos, yo me preocupé al pensar que el pendejo de Agustín la hubiese golpeado, sin embargo, ella me dijo que estaba bien, pero que Lucía no. Yo no la entendí, por lo que ella me tomó de la mano y aún llorando me llevó a su departamento, el cual al abrirle me mostro la escena más horrida de mi vida.
En la sala, encima del sillón se encontraba Agustín completamente desnudo cogiéndose de perrito a mi hija quien estaba sollozando mientras era sometida por aquel cabrón. Una mezcla de ...