GINA: LA HISTORIA Cuarta parte - Relatos Eróticos

GINA: LA HISTORIA Cuarta parte

... fuertes cintarazos en las nalgas que me ardieron en grado sumo. Me revolví y quise gritarle que no lo hiciera tan fuerte, pero con la mordaza no pude hablar. Entonces él me volteó de nuevo y continuó con su castigo en mis nalgas y muslos, aplicándose a él con verdadera pasión. Después de un rato de este tratamiento, yo estaba ya al borde del orgasmo y quería que siguiera castigándome, pero dándose cuenta Manuel de que ya iba a gozar, detuvo el castigo y me dejó esperando más. Saliéndose del cuarto, yo me removía y gritaba opacamente, pues mi libido estaba tan exacerbada que me dolían los testículos y mi ano estaba contrayéndose acompasadamente, deseoso de recibir una ración de verga que lo calmara. En eso regresó Manuel y con cierto espanto, vi que traía en las manos varias verduras, destacando un largo y grueso pepino y varias zanahorias de gran tamaño, además de un paquete de mantequilla. Imaginando lo que iba a hacer, me quedé quieta y acomodé mi cuerpo para dejar mis nalgas en posición de recibir lo que él quisiera meterme. Él se desnudó y se colocó tras de mí y llenó de grasa mi culo y mis nalgas. Me quedé esperando que me liberara las piernas para abrirlas, pero no, así como estaba tomó una zanahoria y me la empujó para penetrarme. Como estaba atada al nivel de las rodillas, no pude abrir nada las nalgas y sentí que me desgarraba y pataleaba lo más que podía y me movía para tratar de evitar que me dañara, pero no lo pude hacer y me clavó completamente el vegetal. Me ...

... quitó el pañuelo de la boca y sin permitirme decir nada, me metió su verga en la boca a la vez que me colocaba sus manos en el cuello diciéndome: ¡ten cuidado con lo que haces, si me muerdes te ahorco!. Vi en sus ojos la determinación y me asusté, así que me apliqué a hacer lo que quería. Se colocó de tal forma que podía seguir trabajando en mi culo, y tomando la zanahoria que tenía incrustada en mi culo la empezó a remover en círculos y adentro y afuera. Sentí entonces que trataba de meter otro objeto y no sin esfuerzo logró meterlo junto con la que ya estaba dentro de mí. El dolor era intenso, pero con lo excitada que estaba ya no me importaba, así que estaba gozándolo a la vez que le daba una rica mamada de verga.

Me sacó violentamente los vegetales de mi cola y tomó el inmenso pepino y sin compasión me lo clavó de un solo golpe y hasta el fondo. Con su verga en mi boca no pude gritar y le di un ligero mordisco lo que hizo que me diera dos ricas bofetadas que me hicieron sangrar la boca. Para estas alturas él ya estaba como enajenado y desatándome de las piernas, se colocó atrás de mí y quitando el pepino, metió su verga hasta el tope a la vez que me abría las nalgas con ambas manos. Ya que tenía bien metida su verga, me soltó las nalgas y sentí que me metía alguna cosa junto con su verga. Le pedí que no lo hiciera, pues me iba a provocar mucho daño. Él, lejos de compadecerse, empujó con mas ganas el vegetal, distendí mi esfínter todo lo que pude y por fin tenia clavados ...