1. GINA: LA HISTORIA Cuarta parte


    Fecha: 13/07/2025, Categorías: Transexuales Autor: andrea, Fuente: TodoRelatos

    ... mimada. No puedo olvidar una vez que llegué muy cansada del trabajo y no tuve ánimos para cambiarme de ropa. Al pobre Manuel lo regañé llegando por que había dejado su ropa dentro del baño y no había secado el piso. Desde luego que corrigió de inmediato sus faltas pero yo ya estaba encarrilada y empecé a buscar detalles para reclamarle. No encontré nada y le grité entonces que si me tuviera consideración me ayudaría a vestirme. Total que estaba yo completamente histérica y gritaba como una verdadera mujer, buscando desquitarme con mi marido de lo mal que me había ido en el trabajo. Manuel se acercó a mí sumisamente con la ropa para cambiarme y como estaba yo de neurasténica, no me gustó la que llevaba y quitándosela de las manos se aventé a la cara. Esto fue el detonante de la escena que siguió. Manuel sin llegar a ponerse violento (nunca lo fue), me pidió mesuradamente que me calmara, yo enojada, le grité que por lo visto después de tanto tiempo de estar casados aun no sabía lo que me gustaba, y que para él, por lo visto solo era su bacinica donde arrojar sus orines. Total que estaba yo hecha una fiera, y además sin razón pues Manuel trataba de complacerme en todo. En fin, para no hacer esto mas largo, me levanté de la cama y le di dos bofetadas que hasta la mano me quedó ardiendo. Él me tomó de las muñecas y me pidió que me tranquilizara, pero yo más alterada le escupí a la cara. Me soltó de las muñecas y me dio tremendo empujón que me hizo caer en la cama. Como estaba yo ...
    ... de ofuscada, eso lo interpreté como una fuerte agresión y empecé a llorar y a gritarle cosas como: ¡Eres un desgraciado, maldito, solo esto te faltaba, que me pegaras!. Manuel, desconcertado, se arrodilló junto a la cama y tomándome de la mano me la comenzó a besar y yo, furiosa, se la retiré con violencia. Le grite: ¡anda pégame, estas ansioso por hacerlo!, ¡quiero que me pegues, cabrón, demuéstrame que eres hombre, infeliz! Él no aguantó que lo siguiera insultando y se levantó e intento salirse de la recámara, pero yo como una fiera, me levanté y me interpuse entre él y la puerta. Me planté delante de él y le arañé la cara mientras le decía: quiero que me pegues, maricón, hazme sentir como si de verdad fueras hombre, quiero sentir que vivo con un macho, un macho de verdad. Esto lo provocó lo suficiente y me empujó otra vez a la cama, donde me arrancó la ropa dejándome completamente desnuda. De sus ojos salían verdaderas llamas de enojo y yo ya estaba excitadísima, pues siempre he sido afecta al masoquismo. Con el cinturón de mi pantalón me ató las manos a la espalda y con el suyo mis piernas. Me encontré así completamente inmovilizada y a su merced, yo seguía insultándolo y pidiéndole que me pegara. Entonces él, tomando un pañuelo me lo colocó en la boca para que ya no siguiera gritando. Se dirigió entonces al baño y regresó con la cinta de la bata con la que cambió mi atadura de las manos. Ya con la correa de piel en sus manos, me colocó boca abajo en la cama y me dio tres ...
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