1. GINA: LA HISTORIA Cuarta parte


    Fecha: 13/07/2025, Categorías: Transexuales Autor: andrea, Fuente: TodoRelatos

    ... será parte mía si me aceptas. Yo solo quiero que me des una limosna de amor, que me permitas mimarte, amarte, que me dejes sentir lo que es el cariño de una persona, una persona como tú que está llena de amor; no te pido que olvides solo te pido que aceptes todo el amor que yo te pueda dar.
    
    Sus palabras fueron como un bálsamo que calmó un poco mi desazón. Pero aun me quedaban dudas en cuanto a mi respuesta, pues no se definían los roles que interpretaría cada uno; y tenía cierto miedo de preguntárselo.
    
    Sin embargo, de él provino la respuesta cuando me dijo: Quiero que seas mi mujer. Se quedó pasmado un momento al darse cuenta de lo que había dicho, y su confusión le marcó en su cara una expresión de inocencia que hizo que me doblegara. Tomé su cara entre mis manos y acercando la mía le dije: Espero que no te arrepientas; dándole a continuación un beso en la boca.
    
    Abrazándome suavemente, devolvió el beso de una manera tan tierna que me hizo temblar. ¿Sería acaso este el amor que nunca había tenido? Con Ricardo era un poco violento, pues él se dejaba querer. Claro que había correspondencia pero un poco brusca.
    
    Ahora con Manuel, yo sentía que él era el que iba a darme amor. Rodeé con mis brazos su cabeza y penetré sus labios con mi lengua, ¡que reacción tuvo! Como si hubiera oprimido un botón de encendido, sus caricias se multiplicaron, sus brazos tomaron fuerza y me apretaban de una forma sensual: fuerte pero tiernamente. Sus manos exploraban mi espalda, bajando ...
    ... suavemente hasta mis glúteos y acariciándolos con la misma tersura de los pétalos de rosa. Me tendió en el sofá y sus ágiles y hábiles manos me fueron despojando de mis ropas hasta dejarme totalmente desnuda. Sentía sus manos ardientes en mi piel y eso me llenaba de excitación, sobre todo después de tanto tiempo de no sentir esas caricias. Le pedí que nos fuéramos a la recámara y en el camino él se desnudó. Me tendí en la cama y levantando las manos le dije: Ven.
    
    Él corrió hacia mí y colocándose a mi lado me volvió a abrazar y besar. Yo le correspondía y en mi mente le pedía perdón a Ricardo, pues sentía que lo estaba engañando. Manuel se dio cuenta de mi momentánea tibieza y separándose me dijo: ¿Te estás acordando de él, verdad? -Si, entiéndeme no es fácil dejar atrás tanto tiempo. Pero ya pasó; ven, bésame, hazme tuya.
    
    Sus besos y caricias se prodigaron, rodeándome de una red de ternura y creo -de amor-, yo traté de corresponderle y me dejé hacer lo que él quiso, a la vez que yo también deslizaba mis manos por su cuerpo. Llegué al centro de su deseo e instantáneamente se vino llenando mis manos de su néctar de vida. Se quedó estático un momento y reinició sus caricias. Yo estaba más receptiva y excitada y me posicioné para mamarle la verga, que aunque no se acercaba al tamaño de la de Ricardo, no dejaba de ser un buen trozo. La tomé entre mis manos y con la lengua retiré los restos de semen que aun tenía, dándole unas lamidas al borde del prepucio y del frenillo, lo que ...
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