GINA: LA HISTORIA Cuarta parte - Relatos Eróticos

GINA: LA HISTORIA Cuarta parte

... la cara mientras externaba palabras dulces de amor. Yo me sentía ahíta de sexo y empezaba a brotar en mi corazón ese hermoso sentimiento que es el AMOR.

Al fin, se retiro de mi entrepierna y hechándose a un lado, no dejaba de besarme y acariciarme. Te amo, en verdad te amo, me decía; siento que he encontrado en ti mi complemento, mi verdadero amor. Dime que tu sientes algo por mí, que puedo esperar tu amor. No le contesté, solo lo besé fuertemente y cerré los ojos. Él comprendió que no podía entregarle mi amor totalmente y algunas lágrimas brotaron de sus ojos. Nos quedamos quietos y nos dormimos.

Desperté antes que él y me dirigí al baño para asearme y relajarme un poco. Llené el jacuzzi con agua bien caliente y me sumergí abriendo los chorros de presión totalmente, lo que ayudó a quitarme un poco de tensión y limpiar completamente mi cuerpo. Meditando también en lo que sería mi vida, esta nueva etapa de mi vida con Manuel. ¿Sería capaz de olvidar a Ricardo? Esto lo descartaba completamente, pues jamas lo olvidaría. En estas y otras cosas estaba pensando, cuando entra Manuel al baño. Al verme lo agusto que estaba en la tina, me pidió permiso de meterse junto conmigo, a lo que desde luego accedí. Noté que su verga se encontraba semierecta y juguetonamente lo jalé hacia mí, y le lamí su hermoso glande. Como vi que ya quería mas, le dije que se tranquilizara y se metiera a bañar. Obedeciéndome, se sumergió completamente frente a mí y extendiendo las piernas las colocó a ...

... los lados de mis amplias caderas, acariciándolas con sus pies, lo dejé hacer pues me gustaba ese roce tan suave. Le levanté un pié y con el jabón se lo lavé completamente, repitiendo la operación en el otro. Tomé uno de sus dedos y se lo besé y chupé excitándonos los dos, mientras continuaba lavando su pierna a todo lo largo. Cuando llegué a su entrepierna, levanté sus testículos y aseé todo su escroto y el pliegue de sus nalgas, entreteniéndome un poco en su ano, al que metí dos dedos con jabón para limpiarlo perfectamente. Estos movimientos ocasionaron que su verga alcanzara su plenitud lo que aproveché para darle una buena enjabonada que lo hizo gemir de gusto. Le pedí que se volteara para lavar su espalda haciéndolo minuciosamente. Nos terminamos de bañar y nos salimos de la tina, yo con intención de secarlo pero él traía otras cosas en mente. Así chorreando de agua, me empujó contra el lavabo y arrodillándose tras de mí me besó y lamió las nalgas, hasta que llegó al centro del placer y besó y metió su lengua haciendo que tuviera un delicioso orgasmo. Le pedí entonces que invirtiéramos la posición y me apliqué a darle de besos en su apretado culito, metiendo también mi lengua a la vez que masturbaba su dura verga. Cuando presentí que se aproximaba su eyaculación, lo volteé y metí completamente su verga en mi golosa boca, chupándosela con verdadero deleite. No aguantó mucho este tratamiento y se vino en un verdadero torrente de semen haciendo que se desbordara de mi boca lo ...