1. La casa de la playa (parte 5)


    Fecha: 15/07/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: LeslieUnik, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuerpo contra el de Pablo, de tal forma que mis senos chocaron con su pecho, y su duro miembro terminó pasando entre mis muslos.
    
    Aunque, por otro lado, el hecho de estar apretujada en medio de dos hermosos chicos totalmente desnudos, no me molestaba en absoluto. Gracias al cielo, mi novio era muy malo cuando de dimensiones espaciales se trataba; “después de todo, sólo es un abogado”, pensé excusándolo.
    
    —¿Dónde está mi premio? —preguntó Pedro en forma retórica, pues sabía perfectamente cuál era su premio.
    
    —¡Aquí está! —respondí innecesariamente, moviendo mi cadera contagiada por el sensual baile.
    
    —¡Cielos! —exclamó Pablo excitado, al momento que su miembro hacía círculos al ser frotado por mis muslos ‘accidentalmente’.
    
    “¿Qué, acaso había otro chico ahí?”, pensé. Pablo debería sentirse en deuda de por vida con su amigo; si no fuera por Pedro, quien que con su actitud alegre venía al rescate, esta situación probablemente hubiese terminado en un fiasco.
    
    Al igual que Pablo, Pedro entro en el pequeño cubículo con su erecto y duro miembro por delante. El espacio era tan reducido, que su pene hizo contacto con mis glúteos antes de que él terminara de entrar en la ducha. Un escalofrió invadió mi cuerpo provocándome un espasmo en el vientre que me hizo sujetarme a Pablo espontáneamente.
    
    —¡Ay cabrón! —grité aferrada a Pablo.
    
    —Tranquila putita —dijo Pedro en voz baja en tono de broma, sujetándome por la cintura con ambas manos.
    
    El cabello de mi piel se erizó, ...
    ... al sentir deslizar la cabeza del pene de Pedro por la raja de mi trasero. Mi cuerpo quedo prensado en medio de los dos chicos, mientras sus duros miembros se reunían en medio de mis muslos.
    
    —¿Eres tú Pablo? —dijo Pedro en tono de broma, refiriéndose al contacto entre sus penes bajo mi vulva.
    
    Solté una carcajada al escuchar la oportuna broma de Pedro; nunca en la vida hubiese imaginado encontrarme en una situación tan singular como esa. Por supuesto que ya antes había compartido una ducha con dos chicos; pero enfrente de mi novio, ¡jamás!
    
    Pedro cerró la puerta de cristal, quedando los tres tan apretujados que sentíamos como nuestros abdómenes se expandían y contraían al respirar. Imposible que el agua fría que caía del techo llegara hasta el piso sin antes evaporarse la mayor cantidad de ésta; a causa de la alta temperatura de nuestros cuerpos desnudos que se frotaban lujuriosamente entre sí con el más pequeño movimiento.
    
    ¡No daba crédito a la inverosímil situación! Una vez más, mi respiración comenzó a acelerarse al tiempo que mi vientre se hundía en mis costillas. Junté las piernas para sujetar firmemente los miembros de ambos chicos entre ellas, provocándoles un espasmo ahora yo a ellos; mientras trataba de masajearlos con un gracioso baile como si tuviera ganas de orinar, lo cual era cierto.
    
    —¡Mierda! —gritaron ambos chicos, o quizás sólo uno, al sentir mis ingeniosas caricias.
    
    —¡Vamos a darle! —exclamé animosamente, invitando a los chicos a que siguieran ...
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