La agradecida
Fecha: 16/07/2025,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: Escribano, Fuente: TodoRelatos
... sello de la parroquia que lo enviaba. Por lo que descubrió más adelante, Vanesa no se presentó a las siguientes reuniones, y Javier, ocupó su lugar.
María no se atrevió a dejar ese chico sin una habitación, y se resignó a enterrar su ilusión por compartir con una dulce joven su futuro, a tener que compartir su casa con un chaval irrespetuoso, tatuado y seguro que fuente de problemas.
Adaptarse a convivir con Javier, fue mucho más complicado de lo que se imaginaba, pero solo oía las virtudes que relataban sus compañeras de la parroquia, acerca de sus jóvenes inquilinas, y ella no se atrevía a decirles que su caso era distinto. Que el olor de su hogar había cambiado, que no se encontraba nada cómoda, sabiendo que en cualquier momento podía aparecer ese joven, y que tal vez, se había dejado llevar por unas falsas expectativas.
Javier se marchaba a las 7 de la mañana, para poder llegar a la estación y coger su tren. Dejaba la cama sin hacer y la ropa sucia tirada en la habitación. María sabía que no debía entrar, ya que la tarea de limpieza le tocaba a él, pero al fin y al cabo era su casa, y el hecho de saber que esa habitación estaba tan desordenada, no le gustaba nada.
Un buen día se decidió a entrar en ella, hacer la cama, y ordenar un poco. Recogiendo los calzoncillos y calcetines sucios, y poniéndolos en una bolsa para que se los llevara a limpiar a su casa el fin de semana.
Esperaba que Javier le dijera algo al respecto, pero no fue el caso. Al día ...
... siguiente la habitación volvía a estar desordenada, y María volvió a hacer la cama y recoger.
El tercer día que entro para hacer la cama, se encontró una bola de clínex usados en la mesita de noche. Se enrojeció solo de pensar para que había usado esos clínex. La curiosidad fue mucho más fuerte que ella. Los separó, observando aquella substancia seca de color amarillento que los mantenía pegados, y los olisqueó. Se sentó en la cama sin hacer, con la mirada fijada en los clínex y su mente perdida entre mil imagines distintas de Javier masturbándose en la cama.
Sentía el rubor en su cara, y una extraña sensación en su cuerpo. Su corazón parecía latir con más fuerza, y había perdido el empuje por hacer la cama y ordenar la habitación. Se sentía extraña con los clínex usados en la mano. Recorrió la estancia con la mirada, y vio unos bonitos calzoncillos azules en el suelo. Los recogió con cuidado, lentamente, observándolos, y se los aproximó a la nariz, para sentir su aroma.
De pronto, la realidad volvió a ella. ¿Qué demonios estaba haciendo?
Se levantó con un nervio renovado, hizo la cama, y recogió todo. Siguiendo con su rutina diaria. Pero algo nuevo y distinto había sucedido, y por mucho que María desease borrar de su memoria lo que acababa de suceder, su cuerpo había reaccionado de distinta manera.
A Javier no parecía importarle lo más mínimo dejar los clínex usados encima la mesilla para que se los encontrara al día siguiente, o pasearse en calzoncillos para ir al ...