El sexo en el Amazonas
Fecha: 19/07/2025,
Categorías:
Incesto
Sexo con Maduras
Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
... alguna putilla callejera te haga una mamada, pero nada más.
— ¿Yo podría acompañarte una noche de esas?
— Sí, pero estate muy seguro de lo que vas a hacer, ¿qué le dirás a tu mujer? ¿Cómo justificarás tantos gastos?
— Bueno, mi relación con ella no está nada bien ahora. Ya me las arreglaré.
— Tú mujer acabará dándose cuenta. Te pedirá el divorcio y no te dejará volver a ver a tu hija.
— Lo de mi hija es lo que más lamentaría. Si no fuera porque mi mujer ahora está siempre vigilando para que no haga nada con ella, podría servirme para desahogarme, porque ella se ponía muy caliente cuando la toqueteaba y se la acabaría dejando meter.
— ¿No te importaría follarte a tu propia hija……? Bueno, lo entiendo, muchos acaban haciéndolo, pero eso no solucionaría tus males, tan solo te aliviaría.
— ¿Tú crees? Si mi mujer lo permitiera, sería fantástico, no buscaría a nadie más.
— Eso lo dices ahora, pero no sería así.
— Me lo dices por tú propia experiencia.
— Sí, cuando yo volví de la selva, empecé a fijarme en mi sobrina y la convencí alguna vez para chuparle el coñito, pero ahora no quiere ya.
— ¿Y eso por qué?
— Porque va haciéndose mayor y ya le da más vergüenza.
— No llegaste a follarla entonces.
— No me atreví, lo intenté una vez, pero le hacía daño. Así que preferí no arriesgarme y buscarlas por otro lado.
— Vaya, que pena. Está muy rica tu sobrina. No me imaginaba que hubieras hecho eso con ella.
El caso fue que en alguna ocasión ...
... acompañé a mi compañero por una de esas zonas a las que yo no solía ir en ciertas horas, en las que se ponen las prostitutas en la calle para buscar clientes, y al fijarme en ellas me llamó la atención que algunas eran bastante jovencitas, por lo que mi compañero me dijo:
— Están ricas ¡eh!, pero no son nuestro objetivo.
Finalmente, después de hablar con un hombre, me llevó a uno de los locales donde había prostitutas, y tras indicarnos que subiéramos al piso de arriba, uno de los vigilantes nos abrió una puerta y al entrar ya vimos a un grupo de niñas de varias edades, vestidas con lencería sexy, maquilladas y zapatos de tacón, que nada más verlas ya produjo mi erección.
Mi amigo me dijo:
— Elige la que quieras, pagas a la señora y para la habitación a disfrutar.
Después de que ellas nos hicieran un pequeño desfile mostrándose, me fijé en una rubia, de pelo largo, ojos azules y con unas preciosas largas piernas resaltando su rico culito con el tanga de hilo que llevaba, que la hacía parecer un ángel. Mientras, mi amigo se encaprichó de una ricura morenita que parecía de las más pequeñas, y al señalarla, la señora le confirmó que era su primer día allí, y que tuviera un buen trato con ella, por lo que mi amigo, muy excitado, me dijo:
— Me estoy volviendo muy vicioso, cada vez me gustan más tiernas…….
Yo, por mi parte me llevé a mi ángel a la habitación y aunque parecía un poco temerosa, intenté tranquilizarla para que viera que no la iba a pasar nada ...