1. Urbano, el hombre que me desvirgo.


    Fecha: 24/07/2025, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... las prisas y miedo de que alguien pudiera descubrirlo, no fue capaz a meterme la polla por el culo y terminó haciendo que yo le chupase la polla.
    
    Después de este suceso que me pasó con el que intentó violarme, en las vacaciones de verano, estuve ayudando en una cafetería, Atalaya, se llamaba, estaba en los jardines de Méndez Núñez, pues estando allí trabajando, un día la dueña me dijo que sacase al perro, era un pastor alemán, solo tenía que ir acompañándolo, no hacía falta llevarlo sujeto por correa alguna, era para que el perro hiciera sus cositas y correteara un poco por el parque. Yo creo que más que acompañar yo al perro, era él a mí a quien acompañaba, pues estaba más pendiente él de mí, que yo de él. Pues mientras el perro olisqueaba e iba marcando allí donde le parecía, fue cuando me entraron ganas de orinar a mí, como allí al lado estaban los aseos públicos, mientras el perro olisqueaba y hacía sus cositas, yo entré en el aseo público, iba con la intención de orinar y salir rápidamente, pues estaba con el perro y no podía dejarlo mucho tiempo solo.
    
    Entré en los aseos rápido, no quería estar mucho tiempo, pero… bufff, que sorpresa me llevé nada más entrar en los aseos, allí delante de los urinarios, estaba un hombre maduro, así al menos me lo pareció a mí, claro que a los 14 años que era lo que yo tenía de aquellas, un hombre de 30, ya nos parecían viejos. El caso es que aquel hombre, al escucharme entrar en los aseos, se dio la vuelta por completo, mirando ...
    ... hacia mí, Dios que impresionado me dejó aquella imagen, el fulano tenía la polla y huevos de fuera, la polla que estaba que reventaba de dura y empalmada, miraba para el techo erguida. Dios fue ver aquella polla y quedarme paralizado, el fulano se la acariciaba con la mano sin dejar de mirarme, era como si me estuviera invitando a que la cogiese con mi mano. Yo que me había quedado paralizado nada más verlo, no sabía que hacer, ver aquella enorme polla erguida a más no poder que miraba al techo, me excitaba, al momento ya me había puesto cachondo, él viejo esperaba a que me acercase a él, se sonreía a la vez que acariciaba con su mano todo lo largo de aquella tremenda y enorme polla que yo no podía dejar de mirar. Sin saber que hacer ni donde meterme, nervioso y excitado como me estaba empezando a poner, en un acto reflejo, me metí en el único retrete que había en aquellos aseos públicos.
    
    Dios, cuando cerré la puerta, las manos y piernas me temblaban, temía que el viejo viniese hacia el retrete y intentara meterse conmigo, yo la verdad que en el fondo lo estaba deseando, pero no podía ser, tenía al perro fuera y tenía que salir de allí cuanto antes. Así que con un tembleque que cada vez era mayor, me puse a orinar, me costó trabajo, pues yo a cada paso me estaba poniendo más cachondo.
    
    Cuando por fin pude conseguir orinar, volví hacia la puerta, todavía me temblaban las manos y piernas, abrí con cuidado y al salir, vi de nuevo al viejo que estaba igual que cuando había ...
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