Jamal de carne y hueso. Leonor
Fecha: 26/07/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Eric Salazar, Fuente: TodoRelatos
... bastante gente. La zona de ahí atrás entre los arbustos también es una buena zona para follar.
- ¿Y tú? ¿Lo practicas? Se te ve muy bien informada.
- Vengó cuando tengo ganas de que me follen bien follada. Aunque no me gusta cualquiera. Para que yo me vaya al faro tengo que estar cachonda. Muy cachonda.
- Y te sueles poner muy cachonda? - Le pregunté.
- Si veo un tío como tú, sí. Me pongo muy cachonda, hasta el punto de ser yo la que proponga subir al faro.
- Pues propónmelo. Porque si no, esto no va a haber manera de bajarlo. - Le dije señalando a mi mástil. Que no había perdido casi nada de dureza, desde que saliéramos del agua.
- Recoge tus cosas y sígueme. - Me dijo ese mujerón poniéndose de pie, cogiendo su toalla, plegándola y guardándola en una bolsa de playa a juego.
Yo por mi parte hice lo mismo y colgándome la mochila al hombro, seguí tras los pasos de esa mujer de bamboleantes caderas. Esta vez era ella la que me estaba sugiriendo que la follara en un faro él lo alto de una colina.
Se adentró por un sendero que subía entre pedruscos, mi mirada no podía separarse de su culo que se movía exageradamente de lado a lado. Continuamos por ese sendero que al final desembocaba en una explanada, justo donde se encontraba el faro.
- Hay unos bancos que dan al mar en la parte trasera. Allí se está más cómodo para poder... Ya me entiendes.
Rodeamos el edificio y tal y como había dicho ella había unos bancos de madera con una mesa en el centro ...
... dispuestos a modo de merendero desde los que se veía al mar. Estaba mirando el paisaje cuando Leonor me sacó de mis pensamientos para empezar el juego.
- Siéntate aquí. - Dijo señalando la mesa de madera.
Saqué mi toalla y la extendí sobre la madera antes de sentarme como ella me había pedido. Con el culo en la mesa y los pies en el banco. Extendió su toalla justo entre mis pies. Entrando en el hueco que formaban mis piernas y la mesa, se sentó en el banco justo delante de mí, y aunque mi polla había perdido algo de dureza, descansaba en la mesa algo hinchada todavía. Leonor la cogió con sus manos y comenzó a deslizarlas suave pero firmemente para ponerla bien dura. Llevó su boca hasta que sus labios tocaron la punta, entonces sacó la lengua y se puso a jugar con mi glande, su húmeda lengua estaba resucitando y haciendo crecer mi virilidad. Intentó metérsela en la boca, pero no le entraba más que mi capullo, el cual chupaba y succionaba con fuerza y pericia, mientras con sus dos manos hacía subir y bajar la piel del tronco, de manera más fuerte y con mucho más ritmo. Cuando de pronto paró y me pidió de una manera muy imperativa.
- Vamos a cambiar de sitio que me vas a comer el coño. A ver si todo eso de lo que presumes, es cierto.
- Prepárate para el mejor polvo de tu vida. Leona. - Le dije yo mientras me levantaba de la mesa y le cedía mi sitio, justo antes de ocupar mi lugar entre sus piernas.
Una vez situados y vista la urgencia que tenía esa hembra de sentir ...