Jamal de carne y hueso. Leonor - Relatos Eróticos

Jamal de carne y hueso. Leonor

... placer, no tardé nada de tiempo en sumergirme en su inglesa para saborear ese manjar que se abría ante mí. Lo recorrí primero con mi lengua, todo entero succioné los labios mayores, primero uno y después el otro, para acabar en su hinchado clítoris, dándole golpecitos con la punta de la lengua. Para entonces, Leonor estaba ya a punto de su primer orgasmo. De repente me agarró del pelo y me enterró la cabeza entre sus piernas, se estaba corriendo, noté primero como su clítoris empezaba a palpitar justo antes de que sus abdominales empezara a contraerse de manera involuntaria mientras se corría, apretaba tanto mi cabeza con las piernas que casi me hacía daño. Empezó a gritar y acto seguido, paró y se quedó inmóvil en esa posición, con el clítoris todavía palpitando atrapado entre mis labios.

- Suéltame el clítoris Jamal. Déjame descansar, que necesito recuperarme. Cuando tengo orgasmos tan fuertes, no puedo seguir hasta que pasa un rato. Me molesta.

- Si siguieras tendrías otro orgasmo seguido, sé de lo que hablo.

- No, no, tengo que relajar la zona Antes de seguir que sino mal. - Me volvió a explicar la rubia de melena rizada. - Ponte de pie.

A esa mujer le gustaba dar órdenes. Le gustaba mandar, pero a mí también y más tarde se lo dejaría bien claro.

Me puse de pie y ella, sin pensárselo, echo su toalla al suelo y poniéndose de rodillas delante de mí, comenzó a comerme la polla, al principio suave, pero no tardó en hacerlo con verdadera voracidad. Ya debía ...

... estar lista para un nuevo asalto, volvía a estar caliente. Cuando mi polla volvió a estar a tope, poniéndose de pie me dijo:

- Ponte un condón y fóllame.

Mientras yo sacaba un condón de mi mochila, ella ya se había sentado en el borde de la mesa y con las piernas abiertas, me mostraba su coñito abierto y brillante por la humedad de sus jugos.

Me situé frente a ella, cogí sus piernas por debajo de las rodillas y la atraje aún más hacia mí. Mi miembro quedaba justo a la altura de la entrada de su vagina. Ella misma fue la que cogiéndomela, la situó para que yo solo tuviese que empujar. Y eso es lo que hice, empujar poco a poco hasta que se habituó al tamaño. Una de sus manos fue a parar a mi cuello mientras con la otra seguía sujetando mi verga, de la que ya había desaparecido más de la mitad dentro de esa leona que me miraba a los ojos mientras en su cara se veía un gesto de dolor.

- Me estás abriendo en canal. Pero no pares, que quiero que me llenes. Joder es la más grande que me han metido nunca.

- Pues ya verás cuando entre toda.

- Joder siiii. La quiero toda dentro. Mmmmmm. - Dijo apretando los dientes. Mientras soltaba mi polla que estaba punto de lograr su objetivo.

Di el último golpe de cadera y conseguí que mi pubis chocara con el suyo. La había metido toda adentro. La cara de Leonor estaba desencajada ahora.

- Sácala, sácala que me vas a reventar. Me pidió casi con lágrimas en los ojos y con un gesto de dolor.

- Tranquila y relájate que ahora ...