Compartiendo a su hija
Fecha: 28/07/2025,
Categorías:
Incesto
Intercambios
Sexo con Maduras
Autor: Veronicca, Fuente: SexoSinTabues30
... dejaría, y como la niña tampoco le dirá nada, pues es mejor así.
—¡Ah!, ya, como decías que aquí las mujeres lo consienten eso.
—Bueno, hombre, tampoco es eso, que ellas te metan a la cría en la cama, pero sí que hay casos en que consienten.
—Claro, te entiendo, pero no te lo vas a creer. Mi mujer ahora se ha vuelto muy liberal y ya me dijo que no le importaría que me follara a una cría como tu hija, aunque no sé lo que diría si nosotros hubiéramos tenido una.
—Qué suerte, amigo… La pena es que no tengas ocasión…, jaja.
Así continuamos el viaje entretenidos hablando de esto, pero yo no estaba acostumbrado a ese tipo de conversaciones con personas que no conocía mucho y aunque pareciera que se nos estaba pasando la vergüenza para hablar de ello, dimos el tema por terminado, sin que lo volviéramos a comentar en todo el día.
De todas formas, yo tenía la impresión de que con todo lo que había pasado las noches anteriores, la situación se estaba volviendo más tensa de lo que yo desearía, porque sentía que yo había ido allí a invadir su intimidad y a mí también me estaban poniendo en un compromiso al tener que callar lo que había visto.
Esa noche volvimos a la habitación, donde ya nos esperaba su hija Elena, sin volver a hablar de lo que había pasado, así que apagamos la luz para dormirnos rápidamente, pero yo no sabía si ellos iban a volver a repetirlo, o se sentirían cohibidos y ya no lo harían más al verse descubiertos.
El caso es que esta vez ni ...
... siquiera les escuché hablar entre ellos, pero una media hora después sentí que la hija de mi compañero se metía en la cama conmigo, sin saber yo muy bien cómo reaccionar, aunque acabe suponiendo que mi compañero todavía tenía miedo de que yo pudiera decírselo a alguien y para asegurarse de mi silencio, había mandado a Elena a mi cama para hacerme cómplice a mí también de lo que estaba haciendo él con ella.
Todo esto que estaba pasando me parecía muy extraño, casi surrealista, pero poco después, ya repuesto de la sorpresa que me había bloqueado por un momento, empecé a excitarme por tener a esa niña en mi cama abrazándome, pero luego se puso de espaldas, pegando su cuerpo al mío, para sentir en su culo mi erección y mis manos empezaron a acariciarla, primero tímidamente por sus piernas y luego de forma más descarada deteniéndome en su culito, que estuve masajeándolo durante un rato, a la vez que ella movía sus nalgas para frotarse contra mi polla.
Aquello me tenía el corazón latiendo a mil por hora, por lo que luego metí mi mano entre sus piernas para abrírselas y meterla bajo el tanga que llevaba esa noche, tocando con mis dedos su tierna vagina que ya estaba totalmente humedecida, preguntándome si esta cría, aparte de su padre, habría estado ya con más hombres por la desenvoltura que mostraba en la cama conmigo, ya que su mano había agarrado mi pene y lo acariciaba muy suavemente poniéndomelo más duro todavía, produciéndome una sensación única.
Debido a la oscuridad de la ...