La muerte de mi cuñado nos unió (hermano-hermana)
Fecha: 14/08/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos
... que bañes mis entrañas con tu leche.
-Si hermanita querida, tu deseo es una orden para mí.
Posicione mi verga en ese agujero hermoso, le costaba entrar, metí mis dedos en su vagina para humedecer la zona con su fluido, ayude con un poco de saliva, volví a la carga empujando un poco más fuerte, hasta que entro la cabeza.
-Si hermoso si, así, duele pero seguí, quiero sentir más ese hermoso dolor, toda hasta el fondo, no tengas pena, el dolor me excita.
-Pero te voy a hacer daño.
-Cállate y coge boludo, no escuchas lo que te digo.
Salive un poco más la piel de mi verga y empuje de una vez, entro hasta que los testículos hicieron tope.
-Sí que rico que hermoso dolor, cógeme duro.
Ahí empecé en un frenesí de ida y vuelta, entrando y saliendo de ese culo hermoso, ella se movía haciendo círculos, cuando yo bajaba la intensidad ella iba de atrás hacia adelante marcando un nuevo ritmo más rápido y duro.
-Soledad me voy, termino, te lleno ese culo hermoso de leche.
-Si dale lo espero.
No creo haber terminado nunca con tanta intensidad, mi semen ...
... caliente impacto en las vísceras de mi querida hermana, no sé si fue causa o efecto, antes o durante, la cuestión que los dos nos fundimos en un solo grito de placer, Sami tuvo un squirt intenso con chorros intermitentes que se fusionaban con las palpitaciones de mi pene cada vez que salía el semen por la uretra.
Caí rendido sobre su espalda, mi verga aun palpitaba en el interior, jadeando juntos intento darse vuelta para besarme, pero no pudo, aún estaba limitada para ese movimiento, por lo que decidí salir de su interior para incorporarla y si, frente a frente poder besarnos.
En el baño sentándose en el inodoro, descargó la simiente que hacia un rato le había entregado.
Abrazados en la cama, dormimos, creo que enseguida.
Pasado un tiempo, ya casi repuesta totalmente, viajamos para informar a nuestros padres, los que con gran sabiduría supieron asimilar la noticia de la desgracia ocurrida.
En el viaje de regreso, de casi dos días, paramos en unos moteles a descansar y entregarnos al placer el mismo que nos esperaba en nuestra vida futura como hermanos pareja.