1. Mi maestra favorita


    Fecha: 18/08/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Cazador_de_MILF, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacía eso.
    
    Lentamente le quité la tanga y me di cuenta de que ella estaba completamente depilada. Nunca había visto un clítoris tan grande como el de Manuella. Me arrodillé nuevamente y comencé a introducir mi lengua en su húmeda vagina. Ella sujetaba mi cabeza con ambas manos y me pedía que por favor no me detuviera. Movía mi lengua rápidamente y Manuella me presionaba en contra de ella, como si quisiera introducir mi cara completamente en su vagina.
    
    Yo tenía la cara completamente llena de fluidos de Manuella. A pesar de que la escuchaba estremecerse e intentar cerrar sus piernas para que yo me detuviese, nunca lo hice. Quería jugar con ella y hacerla acabar cuantas veces fuera posible.
    
    – Me voy a orinar si no para – me dijo desesperada.
    
    – Es para que me recuerde por mucho tiempo.
    
    – Nunca había sentido esto. Que delicioso lo que me hizo, me vine como 3 veces. No sé si voy a poder caminar después de esto.
    
    – Manuella usted es una de mis mayores fantasías sexuales. Y ahora me la voy a coger como como se lo merece.
    
    Me desnudé rápidamente y vi como mi pene estaba gigante. Ella se reclinó y abrió sus piernas para que yo pudiera penetrarla. Antes de hacerlo, froté mi pene varias veces sobre su clítoris.
    
    – ¡Métamelo ya por favor! ¡Ya no aguanto! – exclamó ella.
    
    Hice lo que me pidió. La sujeté agresivamente de ambas muñecas y puse mis brazos justo encima de su cabeza para tener algo en qué apoyarme, y comencé a penetrarla sin cesar. Ella estaba tan húmeda ...
    ... que mi pene parecía resbalarse dentro de su interior. Comencé a hacérselo cada vez más rápido y sus gemidos se escuchaban por todas partes. Ambos estábamos llenos de sudor.
    
    – ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Que rica verga tiene, no pare! – gritaba Manuella.
    
    Al verla disfrutar tanto y ver cómo sus tetas rebotaban sin parar frente a mí, me vine dentro de ella. Me detuve y comenzamos a besarnos.
    
    – Jamás pensé que hoy me iban a dar la mejor cogida de mi vida – me confesó ella.
    
    – Seguro fueron mis ganas de querérmela coger desde hace años. Sus curvas nunca me dejaron poner atención en sus clases, y más aún cuando se ponía ese pantalón blanco que siempre usaba. No se imagina la cantidad de pajas que me hice pensando en cómo se lo arrancaba y descubría la tanga que seguro usaba.
    
    – Entonces le gustó la tanga que tenía puesta…
    
    – Me encantó. Es más, me la voy a quedar para acordarme de usted siempre.
    
    – Vamos a su cama, quiero que me cuente todas sus fantasías conmigo mientras me coge otra vez.
    
    La tomé de la mano y nos fuimos al dormitorio. Yo seguía completamente erecto y listo para hacérselo otra vez. Se subió a la cama y la puse en cuatro. Cuando estaba a punto de penetrarla me dijo que me esperara. Se levantó y salió del cuarto. Yo no entendía qué estaba pasando. A los 30 segundos, Manuella regresó. Tenía puesta la tanga que le había quitado anteriormente y yo estaba fuera de este mundo de la excitación.
    
    – Si se la va a quedar como souvenir, al menos cójame mientras ...
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