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Mis dos madres
Fecha: 26/08/2025, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... achacaba a sus periodos. No hacía más que darme largos besos húmedos y frotarse con mi cuerpo. Pero ahora es verano y ella solo tenía puestas unas bragas y más bien pequeñas y sexis. Y lo mío no era más que un ajustado bóxer que marcaba un pene que se ponía duro cada vez que la tenía cerca. Además la mayoría de las veces Sonia andaba por allí viéndonos, lo que sacaba cierta vena exhibicionista en mí. Y todo ello le ponía la polla dura a ella. Así que todos nos excitábamos más, provocándonos con esos juegos. Era retroalimentación. Al final fue Sonia la que dio el primer paso. Una mañana antes de salir para la tienda fue a darme un beso de despedida y despertarme. Apenas me tapaba con la sabana, dormía desnudo y tenía una erección mañanera de las que hacen época. Verme así creo que fue lo que la decidió. En vez de agarrar mi hombro o darme un beso en la mejilla rodeó mi polla con la mano en una suave caricia. El beso fue en los labios, uno suave pero bastante más largo de lo habitual. Incluso me pareció notar su lengua en mis labios. - Cariño, nos vamos. Te hemos dejado el desayuno. Me encontraba muy adormilado y aparte de notar una suave mano acariciando mi escroto y sus tiernos labios sobre los míos apenas me estaba enterando de nada. Si hubiera seguido un minuto más me hubiera corrido. No me dí la vuelta y seguí durmiendo por que me tenía agarrado por mis partes pudendas. - Salgo, para que puedas arreglar eso con tranquilidad. Dijo con un retintín de ...
... burla en la voz. Para cuando conseguí abrir los ojos solo alcancé a ver sus torneados muslos saliendo de una cortísima minifalda y la torneada espada desnuda por su top saliendo por mi puerta. Todo me había parecido un sueño. Pero la semilla estaba plantada. Tras el desayuno me hice una buena paja. Para arreglar eso como ella había dicho. Por cierto lo hice usando uno de sus vibradores, que me prestaban sin problema, en mi ano, y tomé una ducha. Podía elegir entre quedarme y entrar en Internet o jugar a la consola, o acercarme a la tienda y ver algo bonito en directo. Como con la paja ya estaba más relajado me puse unas bermudas, sin nada debajo y una camiseta y me decidí a enfrentarme al calor de la calle. Por el camino la piel descubierta de los viandantes volvía a ponerme cachondo. Chicos con camisetas aún más pequeñas que la mía, chicas con shorts enseñando media nalga, el vientre o con tremendos escotes. Desde luego me tomé el camino con tranquilidad disfrutando del espectáculo. En la tienda solo estaban mis madres y una chica bajita, rubia, curvy y muy muy sexy. Miraba una estantería con tops tan reducidos que durante un rato me estuve planteando cómo querría meter esas dos tremendas masas de carne y me refiero a sus tetas, en uno de ellos. A la vez que pensaba en que me gustaría verlo si lo conseguía. Fui a saludarlas y esta vez fueron las dos las que me apretaron entre sus brazos y besaron mis labios. Besos más largos y húmedos que los de costumbre. Ya que ...