Fatty, Patty y Katty VII - Relatos Eróticos

Fatty, Patty y Katty VII

... las mujeres. – dijo Alma algo confundida – Pero me has demostrado que tienes muy mala leche, quieres desposeerme de mi trofeo ganado a otro hombre.

-¡Hay que joderse! Eres capaz de hasta hacer que diga palabrotas, eres demasiado desconfiada y bastante mal pensada. – se enfadó Jesús – Si pretendiese eso, no te diría que te equivocas apostando conmigo. Y para que veas que soy honesto, mejor me dices si realmente quieres apostar algo después de hacer diez largos a la piscina, estoy seguro que te saco por lo menos media piscina. Si te arrepientes, no me lo tomare a mal ni me mofare de ti, al contrario, te ayudare a mejorar, entrenando todos los días juntos.

-De acuerdo, pero si el que se echa para atrás eres tú, yo sí me voy a cachondear, por lo menos un ratito. – dijo Alma ahora ya mucho más temerosa - ¿Qué tiempos tienes?

-En crol y espalda, tenía cronos para haber competido en los campeonatos nacionales. – dijo Jesús sin ser pretencioso – Aunque la verdad eso fue cuando tenía veinte años, ahora no creo que ni me acerque a los cronos de aquellos tiempos, y como han bajado los registros bastante, ahora ni en sueños podría competir, ni siquiera en los regionales.

-¿Y porque no competiste? – pregunto Alma - ¿Te lesionaste?

-No, simplemente no me sentía con ánimo de pelearme con nadie, ni siquiera de competir, estaba en una etapa confusa de mi vida, quizás podría decirse que estaba deprimido. – le explico Jesús - Mi padre que es el que siempre me animo a nadar, quedo ...

... decepcionado, pero me entendió y me animo a hacer aquello que más me ilusionase, por eso me fui a un monasterio, para tener acceso a libros antiguos, que es lo que en aquellos momentos necesitaba, además de soledad para reflexionar.

Acababan de aparcar el coche en la cochera, y sin decirse nada más, ambos con varias cajas de pizzas cada uno se dirigieron a la piscina, donde para tranquilidad de Jesús sus sobrinas se habían puesto un batín, eso sí muy corto, pero por lo menos no estaban con las domingas al aire, y Alicia y Alexia se habían vestido y habían montado la mesa con platos, cubiertos y servilletas, además de las bebidas.

Cenaron divertidos por las anécdotas que Fatty, Katty y Patty, les estuvieron contando, que eran numerosas y algunas realmente cómicas, ya que dada la absoluta igualdad entre ellas y que siempre vestían igual, habían vivido situaciones de toda índole. Las tres hermanas demostraron que además de ser preciosas, tenían las tres una simpatía fuera de toda duda, lo que las hacia aún mucho más extraordinarias a los ojos de los demás. Cuando terminaron fue Alma la que dijo:

-Como yo he ido a por las pizzas, me toca bañarme, y Alicia y Alexia que ya se han bañado, que recojan todo.

Se quito la gorra y se desparramo sobre su cara y sus hombros una melena negra rizada en tirabuzones haciendo que su cara se viese incluso aún más hermosa. Luego se quitó la camiseta, los pantalones, las zapatillas y las medias deportivas, quedando visible su perfecto ...