1. El entrenamiento de Cassie - 4


    Fecha: 07/09/2025, Categorías: No Consentido Autor: Cory, Fuente: TodoRelatos

    ... había estado esperando. La había roto y la había reconstruido como quería. Por primera vez, sintió una punzada de algo parecido al amor por ella. Comenzó a follarla con todo lo que tenía, sus embestidas salvajes acompañadas por los chasquidos de la fusta sobre sus nalgas, dejando marcas rojas y doloridas. Pero ella solo gemía y movía su culo hacia él, buscando más.
    
    Un hombre en una mesa cercana se inclinó hacia él.
    
    —Tu perra se ve bien entrenada. Debes estar orgulloso.
    
    —Lo estoy —respondió Magnus sin detener su ritmo.
    
    —Tiene una figura divina, ¿qué le das? —preguntó el otro hombre, su mirada recorriendo el cuerpo expuesto de Cassie.
    
    Magnus sonrió, su voz teñida de superioridad.
    
    —Su principal alimento es semen, amigo. Prácticamente es lo que más le gusta, me suplica que se lo dé. Luego come comida humana una vez al día y la tengo bien hidratada con agua.
    
    —Debo intentarlo pronto —murmuró el hombre, impresionado.
    
    —No te arrepentirás —contestó Magnus. Y para enfatizar sus palabras, le dio un azote tan fuerte en la nalga que Cassie chilló, su cuerpo convulsionándose en un orgasmo de dolor y placer. Esa sacudida fue suficiente para él. Magnus gruñó y se corrió dentro de ella segundos después.
    
    Sacó su polla y, antes de que el semen pudiera salirse, agarró el dildo del arnés y se lo metió de nuevo en el culo. La bajó de la mesa y la puso de rodillas entre sus piernas. Se inclinó, su aliento caliente cerca de la abertura de la máscara.
    
    —Es hora de que ...
    ... comas un poco de tu semen favorito, cariño.
    
    Cassie no podía oírlo, pero en su mundo de silencio y oscuridad, un sentido se había agudizado. Tan pronto como el olor familiar de la polla de su amo llegó a su nariz se abalanzó sobre él, abriendo la cremallera de su pantalón con manos expertas y comenzando a chuparle la polla con una devoción absoluta.
    
    Magnus pasó una tarde excitante con Cassie en el club. La folló varias veces, primero por el culo, estirándola hasta que se acostumbró a su tamaño, y luego por el coño, rápido y sin piedad. La máscara y los tapones la mantenían aislada, un juguete perfecto que solo respondía al tacto de su amo. Pronto, la exhibición atrajo la atención de otros hombres. Maravillados por la sumisión absoluta de Cassie, se acercaron en un semicírculo, sus voces un zumbido sordo que vibraba a través del suelo y llegaba a ella como un temblor lejano.
    
    Magnus, gozando de la atención, la puso de rodillas sobre la mesa y le ordenó que se abriera. Temblorosa, Cassie obedeció, separando con sus propias manos los labios hinchados de su coño, exponiendo la carne roja y los destellos de oro y diamantes de sus piercings. Él tomó la fusta. El primer azote fue una línea de fuego súbita y silenciosa que le quemó la piel. El impacto hizo que los aros de metal se clavaran dolorosamente en su carne inflamada, un pellizco agudo y eléctrico que la hizo arquearse. Él la azotó una y otra vez, cada golpe un castigo que su cuerpo, ya programado, traducía en una oleada ...