El entrenamiento de Cassie - 4
Fecha: 07/09/2025,
Categorías:
No Consentido
Autor: Cory, Fuente: TodoRelatos
... estaban de camino a la mansión de Rowan, a las afueras de la ciudad. Al llegar, Magnus bajó a Cassie del auto. No llevaba nada más que su collar con la correa roja y los piercings de oro que adornaban su coño y pezones. La obligó a ponerse en cuatro sobre la grava del camino de entrada.
—Muévete rápido, Cassie, nos esperan —dijo Magnus, azotándole el culo con la correa para que avanzara.
Estaba goteando semen por el culo y la vagina. Antes de salir, Magnus había permitido que Carlos y otro de sus hombres la follaran por detrás mientras él trabajaba, y luego él mismo le había follado el coño durante todo el trayecto.
Un sirviente abrió la imponente puerta principal y los guio hacia la sala. Al entrar, Cassie se detuvo. Un grupo de unos diez hombres rodeaba a Alina, la esposa de Rowan. Algunos le follaban la boca, otros se masturbaban sobre su cabeza y su cuerpo, y un par incluso la estaban orinando, el líquido dorado corriendo por su rostro sonriente. Cuando podía hablar, Alina jadeaba feliz:
—Gracias por la comida…
Magnus notó la forma en que Cassie miraba la escena: no con horror, sino con anhelo. Se inclinó y le ...
... preguntó con una ternura casi paternal:
—¿Tú también quieres semen, cariño?
Cassie asintió con fervor, su voz un susurro desesperado.
—Sí, amo. Quiero semen.
—Pronto —dijo Magnus, dándole una palmadita—. Primero hay que saludar al anfitrión.
Justo entonces, Rowan apareció desde un pasillo.
—Bienvenidos a mi casa.
—Gracias por la invitación —respondió Magnus—. Mi perra quiere chuparte la polla como agradecimiento por dejarla venir.
Rowan sonrió, sus ojos brillando con diversión.
—Bien. Que comience. —Se desabrochó el pantalón y sacó su polla dura.
Cassie se arrastró hacia él con una emoción palpable. Magnus no la había dejado comer esa mañana para que tuviera hambre, para que se volviera loca por chupar pollas y comer semen. Le chupó la polla a Rowan con devoción, su boca experta y desesperada. Finalmente, Rowan soltó un gruñido profundo y se corrió con fuerza en su garganta.
Magnus la jaló un poco de la correa.
—¿Cómo se dice?
Cassie alzó la mirada hacia Rowan, con restos de semen en las comisuras de los labios, y dijo con la voz más sumisa que pudo encontrar:
—Muchas gracias por darme su semen, señor.