La celebración
Fecha: 25/09/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: DulceJulieta, Fuente: TodoRelatos
... piso. Lo miró con expectativa.
-No, no te quites los tacones. Indicó Antonio.
Por su parte, para él por fin había terminado la espera. Allí estaba ella al frente, a poca distancia, a su alcance… con la lencería que le había comprado como una segunda piel. La examinó con cuidado. No era como lo había imaginado… era mejor… lucía como una diosa, su diosa… tan sexy, tan femenina, tan mujer… Sensual, delicada y salvaje por partes iguales. Las ansias, las fantasías desaparecieron para dar lugar a una realidad que prometía.
Antonio continuó dándole una serie de instrucciones con voz autoritaria:
-Apártate el cabello y date la vuelta.
-Ponte de frente de nuevo y mírame.
Túmbate en la cama boca arriba sin dejar de mirarme.
-Quítate el vibrador sin quitarte las bragas.
-¿Estás húmeda? Preguntó.
María lo miró desafiante, tomó de la cama el saco de él y se secó. Al terminar, extendió el brazo hacia Antonio entregándoselo.
Antonio lo tomó y lo olió sin dejar de mirarla.
-Tócate. Le dijo.
-¿Puedes bajar un poco las luces? Pidió ella.
-No. Respondió él con un tono áspero.
María abrió tímidamente las piernas y deslizó dos de sus dedos en su entrepierna.
-Hazlo por encima de las bragas.
-Ahora mete tus dedos. Dijo él tras un momento.
María introdujo un dedo en su interior. Abrió un poco más las piernas. Comenzó a mover las caderas suavemente, de modo que Antonio la viera y las deseara. Se dejó llevar.
-Detente. Ordenó ...
... él.
Acércate.
María se detuvo, se levantó de la cama y se paró frente al sillón donde estaba Antonio. Escucharlo dar órdenes con su acento andaluz realmente la ponía muchísimo.
Con la vista fija en ella, él deslizó la mano entre sus piernas, desde sus rodillas hasta su sexo. Se internó en ella hasta cerciorarse de su humedad. Sus dedos se empaparon. Al sentirlo, María pegó un pequeño brinco y se estremeció.
Él se levantó frente a ella y la llevó contra una de las paredes de la habitación.
María temblaba, expectante.
Esta versión dominante de Antonio, ruda en la cantidad justa, la tenía muy excitada.
Antonio se bajó la bragueta del pantalón. Sin dejar de mirarla, se acercó, la besó apasionadamente, levantó su pierna, apartó sus bragas hacia un lado y la penetró despacio.
María rodeó su cuello con un abrazo y atrapó sus caderas con las piernas. A continuación, lo atrajo hacia sí, aferrándose a su espalda con firmeza y envolviéndolo desde la cintura con todo su cuerpo, fundiéndose en un solo movimiento entre jadeos y gemidos.
Él la sostuvo con el mismo ardor. Se besaban con urgencia. Se movían con urgencia. No se demoraron en llegar al clímax.
Luego de una breve pausa, María empujó a Antonio de regreso al sillón y se sentó a horcajadas sobre él.
-Me vuelves loca. Le dijo.
Se acercó a él y le pasó la lengua sobre los labios para de inmediato meterla dentro de su boca. Desabotonó su camisa despacio. Lo recorrió con las manos. Al mismo tiempo besó sus orejas y su ...