1. La celebración


    Fecha: 25/09/2025, Categorías: Hetero Autor: DulceJulieta, Fuente: TodoRelatos

    ... los dedos y las caderas. Los dos se movían con un vaivén acompasado hasta que el abdomen de María se contrajo para dar inicio a una sacudida frenética. Sin soltarla, con los dedos clavados en sus piernas, pronto él también acabaría.
    
    Nuevamente, se quedaron dormidos.
    
    Pasadas las diez de la mañana, María se despertó y Antonio ya no estaba en la cama. Ella se dirigió al baño y se acicaló un poco. Fue a buscarlo sin vestirse. Él estaba sentado en una de las sillas ubicadas en la sala de la suite al lado de la mesita negra. Llevaba una bata de baño gris y revisaba su móvil. Ella se situó a sus espaldas y le dio un beso en la cabeza.
    
    -Buenos días mi amor.
    
    -Hola cielo. Buenos días. Respondió él.
    
    María se sentó en sus piernas. Antonio puso los ojos en ella, medio turbado por su llegada repentina y su desnudez.
    
    - ¿Qué haces? Preguntó ella, mientras él acariciaba sus muslos.
    
    - Revisaba las noticias en mi móvil.
    
    ¿Qué quieres desayunar? Preguntó él.
    
    - ¿Sabes qué se me antoja muchísimo?
    
    - Ummm a ver… café con leche, queso, huevos, tostadas y algo de fruta.
    
    - No, nada de eso. Dijo ella.
    
    - ¡Vaya! Entonces no sé.
    
    - ¿En serio no sabes? Exclamó ella.
    
    - No.
    
    - Tú, me provocas tú.
    
    Antonio sonrió.
    
    María se inclinó y lo besó, rodeando su cuello ...
    ... con los brazos. El beso fue escalando. Antonio la cargó y la llevó al sofá, sentándola sobre él. María le quitó la bata. Acarició su torso con ambas palmas, mirándolo con deseo. Antonio pegó su cuerpo al de él, sujetándola por el cuello y la espalda. María lo envolvió con su sexo. Movió sus caderas con una oscilación pausada pero constante, sabiendo con exactitud cómo hacerlo explotar. Se balanceó en ondas, abriendo y cerrando las piernas. Contrajo los músculos de su pelvis, para aumentar la presión sobre su miembro. Se movió en círculos, para finalmente columpiarse hacia adentro y hacia afuera con mayor intensidad. Antonio se dejó hacer, jadeando, sintiendo cada roce, hasta que estalló. María buscó su boca, respirando su aliento fatigado. Se sentía poderosa, hermosa y muy excitada al saberlo tan suyo.
    
    Tras unos instantes, Antonio hizo que se recostara en el sofá. La besó y descendió con los labios a través de su cuerpo, rozándola con la barba. Recorrió la cara interna húmeda de sus muslos. De inmediato, se sumergió en su sexo que sabía a él. Muy pronto a María le comenzaron a temblar las piernas…
    
    Con la piel perlada por el sudor, una sonrisa en el rostro y la voz temblorosa:
    
    - Sin duda, es el mejor servicio a la habitación que he tenido. Dijo ella y los dos rieron. 
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