1. ¡La Concha de mi Hermana! [08]


    Fecha: 27/09/2025, Categorías: Incesto Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos

    ... ojos.
    
    —Eso no importa —rió Katia, sus dedos jugando con la botella, haciéndola girar lentamente entre ellos. Al menos podré conservar un poco de mi dignidad—. Lo que importa es que no puede ser. Ya va siendo hora de aprender, ¿no Abel?
    
    Paula soltó una risa suave, seca, que resonó en el aire como un susurro burlón.
    
    —Es uno de los grandes problemas de los hombres. No saben hacer “el favor” —dijo, usando sus dedos para dibujar comillas en el aire, el gesto subrayando sus palabras—. No es que no quieran. Es que no saben cómo. Se desesperan, se olvidan que eso lleva tiempo, ritmo, sentir lo que una siente…
    
    Yo me encogí de hombros, apartando la mirada hacia la botella que sostenía, su superficie fría contrastando con el calor que comenzaba a subir a mi rostro.
    
    —Bueno, tampoco tuve muchas oportunidades de... practicar. Y la que tuve, bueno...
    
    —No cuenta —interrumpió Katia, sin siquiera mirarme. Su atención estaba fija en Paula, en su forma de hablar, en la serenidad con la que se recostaba de nuevo en la almohada, como si estuviera en control de toda la situación.
    
    Y entonces, Paula, con esa misma tranquilidad y una voz suave, se giró hacia mí y soltó:
    
    —¿Querés practicar conmigo?
    
    El silencio que siguió fue tan denso que el zumbido del ventilador de techo se volvió ensordecedor, llenando el espacio con su monótono murmullo. La pregunta había sido lanzada con una naturalidad que la hacía aún más desconcertante.
    
    —¿Qué? —alcancé a decir, sintiéndome como un ...
    ... idiota mientras las palabras salían de mi boca.
    
    —¿Querés? —repitió, con esa sonrisa suave que no parecía tener una gota de malicia, sus ojos fijos en los míos—. Te presto mi cuerpo. Para que aprendas.
    
    La miré, mis pensamientos un torbellino de confusión. Luego miré a Katia. Y Katia... parecía fascinada, como si estuviera viendo una película intrigante.
    
    —Me parece una idea espectacular —dijo, bajando la botella con un gesto decidido—. Y yo puedo guiarte. Paso a paso.
    
    —Esto es... una locura —murmuré, sintiendo el calor subir a mi cara como una ola imparable.
    
    —Todo lo que vale la pena lo es —dijo Paula, estirándose de espaldas sobre la cama, sus movimientos fluidos y seguros, como si estuviera invitándome a un mundo completamente nuevo.
    
    Se acomodó. Abrió lentamente las piernas. La tanga blanca, humedecida en el centro, no escondía nada. Se la quitó sin dramatismo, la deslizó por las piernas y la arrojó al piso sin mirar. Su sexo quedó expuesto entre las sombras suaves de la habitación, respirando lentamente, con esa mezcla de timidez y ofrecimiento que desarma.
    
    —Bueno, Abel —dijo Katia, su voz suave pero firme—. Vas a acostarte boca abajo, entre sus piernas. Así —ella se recostó junto a mí, su cuerpo casi fundiéndose con el mío. Podía sentir cada curva, cada contorno de su figura contra mi piel. Mi miembro, aún erecto, palpitaba con anticipación. Intenté, en vano, evitar que mi excitación la rozara—. Más cerca. Eso es.
    
    Se acercó más, su pierna izquierda ...
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