1. La Promesa de Beckett – Capítulo 1 – Isla de noche


    Fecha: 29/09/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Ericl, Fuente: SexoSinTabues30

    ... excitarlo.
    
    Beckett no retrocedió, de hecho se acercó, mirándola con la lujuria que ella estaba buscando.
    
    —¿Me vas a coger o no? Aprovecha.
    
    Beckett, excitado, se acerca más a ella
    
    —Haber putita, chupa… Abre la boca y mámamela toda
    
    Isla, atendiendo el llamado y de forma muy sugerente y coqueta abrió la boca y espero, al tiempo que Beckett deslizaba su cremallera y liberaba una verga a medio erección. Beckett introduce su verga en la boca de Isla que, en ningún momento, deja de mirarlo a los ojos directamente.
    
    —Te está gustando, perrita.
    
    Beckett había apagado la grabadora.
    
    Llevaban más de media hora solos.
    
    El aire se sentía espeso. El espejo de doble vista los devolvía distorsionados, como si ya fueran otros.
    
    Isla no hablaba. Tampoco chupaba, solo se dejaba usar por Beckett.
    
    Y lo miraba.
    
    Fija. Lenta. Incómodamente viva.
    
    Beckett tragó saliva.
    
    Se sentía cada vez más y más caliente, tanto que el cuello de la camisa parecía cerrarse sobre su garganta como una soga húmeda.
    
    No era deseo. No solo.
    
    Era vergüenza. Culpa. Furia.
    
    —Perra… —empezó, con voz baja—. Se lo que buscas.
    
    Ella no respondió. Lentamente intentaba abarcar más de la verga de Beckett en su boca, aún esposada a la mesa.
    
    Y entonces, sin previo aviso, se la metió completa.
    
    No bruscamente. No como una provocación evidente.
    
    Era un balanceo mínimo. Una danza de jaula. Un vaivén contenido que empezaba en su cuello y se extendía a su cabeza.
    
    Beckett la ...
    ... miró.
    
    No pudo evitarlo.
    
    Era como si la boca de ella hablara un idioma antiguo. Uno que él no debía entender.
    
    Y sin embargo, lo entendía.
    
    —¿Qué estás haciendo? —preguntó. Pero su voz ya no sonaba como la de un detective.
    
    Isla ladeó la cabeza. Una sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios, con la verga en su interior.
    
    Y ahora sí, chupó.
    
    Para él.
    
    Para excitarlo.
    
    Lo hizo usando solo su boca.
    
    Con sus enormes tetas bailando al ritmo de la mamada.
    
    Solo con el movimiento preciso de alguien que sabía exactamente qué estaba haciendo.
    
    Después de varios minutos así, sola se sacó la verga, solo para dar arcadas.
    
    Entonces, del otro lado del vidrio…
    
    Una figura.
    
    La agente López.
    
    Nueva. Insegura.
    
    Se quedó quieta frente al cristal, con una taza de café a medio camino de su boca.
    
    Vio la escena.
    
    No toda. Pero lo suficiente.
    
    Vio a Isla chupando con las esposas brillando bajo la luz.
    
    Vio a Beckett inmóvil, los ojos fijos.
    
    Vio lo que parecía una frontera traspasada.
    
    El café tembló en su mano.
    
    La taza se volcó.
    
    Un sonido sordo contra la cerámica.
    
    Beckett lo oyó.
    
    Se giró.
    
    Y supo.
    
    Supo que no estaban solos.
    
    Supo que lo habían visto.
    
    Supo que aquello —ese momento, ese instante cargado de algo prohibido— ya no le pertenecía.
    
    Isla se detuvo.
    
    Lenta. Fría.
    
    Se sentó de nuevo, como si nada hubiera ocurrido.
    
    —¿Ves? —dijo ella, sin mirarlo—. Ahora alguien te ha visto.
    
    No a mí.
    
    A ti.
    
    Beckett sintió que ...
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