LNE (8). La forma del fango
Fecha: 30/09/2025,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: Schizoid, Fuente: TodoRelatos
Estamos en el ecuador de la historia.a partir de aquí el viaje es... Diferente. Gracias por leerme.
La nueva escuela
Capítulo 8. La forma del fango
La atmósfera de la cafetería estaba cimentada en canela, construida con madera húmeda y rematada con decisiones que no sabías si querías tomar o no. Marian llevaba diez minutos removiendo el mismo café con leche sin probarlo. Fuera lloviznaba de forma estética, como si el universo hubiese contratado un director de fotografía para que la escena se viera perfectamente triste pero cálida.
César llegó con su mochila de cuero desgastado (imitación, pero digna), la barba algo desordenada y una camiseta de Jurassic Park que ya empezaba a contar su propia historia. Sonreía sin saber. Caminaba hacia una conversación que intuía importante, pero no definitiva. Él aún creía que podía salir de ese café con un beso, o al menos con un plan para el fin de semana.
—¡Ey! —dijo al sentarse, arrastrando la silla con ese sonido de madera sobre madera que siempre parecía un mal augurio.
—Hola, César —respondió Marian con una sonrisa contenida, educada, casi profesional.
El silencio que se instaló entre ellos no fue incómodo. Fue expectante. Como el aire que queda entre dos frases cuando aún no sabes si lo que viene es un elogio… o un adiós.
—Vale —dijo Marian al fin, cruzando las manos—. Te pedí que vinieras porque... necesito decirte algo.
César se irguió un poco. No asustado, sino como quien prepara la espalda antes de ...
... leer una crítica con potencial devastador.
—No me vas a entregar una carta de Hogwarts, ¿verdad? —bromeó.
Marian rio, una risa leve, pero honesta, aunque algo incomoda y nerviosa. Y luego negó con la cabeza.
—No. Es más bien una conversación madura. Con música de ascensor de fondo.
César asintió despacio, sin ironía. Esperaba. Escuchaba. Le gustaba eso de ella: que no lo hiciera competir con el ruido del mundo.
—Eres genial, César. Me haces reír. Eres generoso. Y tienes esa extraña habilidad de saber cuándo alguien necesita chocolate sin haberlo dicho.
—Ahora viene un “pero…” —interrumpió él, sin dureza. Más como quien sigue el guion de una serie que ya conoce.
—Pero no sé si estoy buscando esto. O mejor dicho, no sé si lo estoy buscando contigo.
Él no desvió la mirada. Solo dejó que el peso de esa frase se acomodara. No se defendió. Solo preguntó:
—¿Porque soy inestable? ¿O porque mi ex aún me manda memes pasivo-agresivos los domingos?
Marian sonrió, como quien escucha una buena observación en medio de una tormenta emocional.
—No. Bueno… también eso. Pero no solo. Es que tienes demasiada historia, César. Tantos capítulos ya vividos, tantas tramas resueltas o abiertas. Yo todavía estoy en los títulos iniciales. Y no sé si quiero meterme en una historia que ya va por la cuarta temporada.
Él se echó hacia atrás en la silla. No con molestia, sino como si necesitara tomar distancia para ver el cuadro completo.
—Entonces yo soy la serie de culto ...