Gabriela: Mi primera vez con una mujer…
Fecha: 01/10/2025,
Categorías:
Lesbianas
Autor: SelenaValente, Fuente: TodoRelatos
... todo esto…
- Perfecto. Me alegro. – dijo Lucía besándola en los labios. – Nos vemos el lunes.
16
Cuando Graciela salió del apartamento de Lucía, el aire nocturno le golpeó la cara como un balde de agua fría. Se quedó unos segundos en la puerta, con la respiración entrecortada, sintiendo cómo su pulso aún retumbaba en sus sienes. Se pasó una mano temblorosa por el cabello, tratando de ordenarlo, pero la sensación de descontrol seguía ardiendo en su piel. “¿Qué acabo de hacer?” La pregunta rebotaba en su cabeza sin respuesta. No tenía sentido, no era ella. Nunca había sido ella. Siempre había sido la mujer responsable, la esposa fiel, la madre devota. La que nunca tomaba riesgos, la que vivía en una línea recta sin desviaciones. Pero en aquellos momentos, en ese apartamento, con Lucía... nada de eso había importado. Se abrazó a sí misma mientras caminaba por la acera. Sentía que su piel ardía con el recuerdo. El calor de unos labios ajenos, la sensación de manos que la exploraban de una manera que jamás había experimentado. Cerró los ojos por un instante y un escalofrío le recorrió la espalda.
Lo que había sentido era brutal. Desgarrador. Como si una parte de ella que había estado dormida durante décadas hubiera despertado de golpe.
No había sido solamente el alcohol. Quiso aferrarse a esa excusa, pero sabía que no era cierto. Sí, los gin-tonics la habían relajado, le habían dado la valentía de hablar con Lucía sobre su vida, sus miedos, sus deseos nunca ...
... cumplidos. Pero lo que pasó después no había sido un simple impulso provocado por el exceso de copas.
Había sido auténtico deseo, auténtica hambre.
Su corazón latía con fuerza mientras intentaba ordenar sus pensamientos. La culpa intentó abrirse paso, pero algo dentro de ella la rechazó con fuerza. “¿Por qué debería sentirme culpable?”
Su marido. Su hija. Su vida construida sobre una rutina estable y predecible. Durante años había aceptado que eso era todo lo que había para ella. Que la pasión sólo existía en las películas o en las historias de otras personas. Pero esta noche había descubierto que no era así. Que ella también podía sentirlo.
Se detuvo en una esquina, respirando hondo. Tenía que calmarse. Tenía que volver a casa, acostarse junto a su marido como si nada hubiera pasado. Como si su piel no estuviera todavía estremeciéndose con el eco de lo que había vivido. Era la primera vez en años que se había sentido viva.
Lucía se estiró en la cama, sintiendo el calor aún impregnado en las sábanas y notando las sábanas mojadas. Tendría que cambiar las sábanas. Sus labios esbozaron una sonrisa perezosa mientras su mente repasaba la escena. El nerviosismo de Graciela, sus manos temblorosas, la forma en que sus labios dudaron antes de rendirse al deseo.
Quién lo diría…
Encendió un cigarrillo y lo sostuvo entre los labios mientras miraba el techo. Para ella había sido un buen polvo, sin más. Un momento de placer compartido, intenso, sí, pero nada que cambiara su ...