1. Gabriela: Mi primera vez con una mujer…


    Fecha: 01/10/2025, Categorías: Lesbianas Autor: SelenaValente, Fuente: TodoRelatos

    ... enamorar de ti? —Graciela se cruzó de brazos con una sonrisa burlona—No me malinterpretes, fue increíble, pero no soy una cría impresionable. Sé perfectamente lo que fue: un polvo fantástico.
    
    Lucía soltó el aire que no se había dado cuenta de que estaba conteniendo.
    
    —Vale, menos mal…
    
    Graciela ladeó la cabeza y se inclinó un poco sobre el mostrador, bajando la voz.
    
    —Eso sí, he de reconocer que me has dejado con curiosidad.
    
    —¿Curiosidad?
    
    —Digamos que no pensé que me fuera a gustar tanto… —Graciela le guiñó un ojo—. Y oye, si algún día nos da por repetir…
    
    Lucía arqueó una ceja, ahora más divertida que sorprendida.
    
    —¿Así que ahora me tiras tú la caña a mí?
    
    —Yo no he dicho nada —Graciela volvió a enderezarse con expresión traviesa—. Sólo digo que, si se diera el caso, no me importaría.
    
    Lucía negó con la cabeza, contagiada por el buen humor de su compañera.
    
    —Quién te ha visto y quién te ve…
    
    Graciela le lanzó una mirada cómplice antes de volverse hacia la pantalla del ordenador.
    
    —Eso díselo a mi marido… Al llegar a casa le eché el polvo de su vida.
    
    Lucía la miró con sorpresa y una sonrisa ladina.
    
    —¿Me estás diciendo que después de lo nuestro fuiste corriendo a casa a tirarte a tu marido?
    
    Graciela se encogió de hombros con aire divertido.
    
    —Pues sí. Estaba que me subía por las paredes.
    
    Lucía soltó una carcajada.
    
    —Madre mía, Graciela. No sé si sentirme ofendida o halagada.
    
    Graciela le guiñó un ojo.
    
    —Quédate con lo segundo. ...
    ... Si te sirve de consuelo, creo que nunca lo había disfrutado tanto con él y desde luego él conmigo.
    
    Lucía apoyó los codos en el mostrador, intrigada.
    
    —¿Y no sospechó nada?
    
    —Oh, claro que sospechó —Graciela puso los ojos en blanco con una sonrisa—. Cuando terminé de devorarlo, se quedó mirándome con cara de tonto y me preguntó qué había hecho esa noche para volver así a casa.
    
    Lucía se mordió el labio, divertida.
    
    —¿Y qué le dijiste?
    
    Graciela la miró fijamente, su expresión traviesa.
    
    —Le dije la verdad.
    
    —¿La verdad? —Lucía arqueó una ceja.
    
    —Le dije que había tenido una noche de chicas.
    
    Lucía soltó una carcajada.
    
    —No conocía esa faceta tuya. Eres perversa...
    
    —¿Verdad? —Graciela sonrió con autosuficiencia—. Y lo mejor de todo es que no estaba mintiendo.
    
    Lucía negó con la cabeza, divertida.
    
    —Pobre hombre, si supiera…
    
    —No necesita saberlo —respondió Graciela con total seguridad—. Sólo necesita saber que su mujer llegó a casa con ganas de jugar.
    
    Lucía la miró con admiración y un toque de incredulidad.
    
    —Y pensar que hace dos días te aterraba la idea de salir de tu vida anodina…
    
    Graciela se inclinó levemente sobre el mostrador y bajó la voz.
    
    —Y pensar que hace unos días jamás me habría imaginado en tu cama.
    
    Lucía sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Había algo en la manera en que Graciela la miraba, en esa confianza recién descubierta, que la excitaba de una forma inesperada.
    
    —Te has convertido en una mujer peligrosa, ...